Educación

Historiadores de tres universidades valencianas cargan contra la la ley de concordia por su "falsa equiparación entre dictadura y democracia"

Para los departamentos de historia de la UV, la UA y la UJI, esta ley adolece de "graves carencias científicas por el desconocimiento de las cuestiones que aborda" y desprende "un nacionalismo rancio"

Los portavoces de PP y Vox en Las Corts presentan la ley de concordia en el parlamento valenciano.

Los portavoces de PP y Vox en Las Corts presentan la ley de concordia en el parlamento valenciano. / Levante-EMV

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Los departamentos de historia de la Universitat de València (UV), la Universitat d'Alacant (UA) y la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló mostraron este jueves su rechazo unánime a la ley de concordia aprobaba por el Consell de PP y Vox, y que sustituye la ley de Memoria Democrática. Lo hicieron a través de un comunicado en el que critican la "falsa equiparación entre dictadura y democracia" que recoge el texto.

Los historiadores muestran en el texto su "profunda preocupación", al considerar que contiene "graves carencias científicas por el desconocimiento de los fundamentos básicos de las cuestiones que aborda" y que adolece de "un nacionalismo rancio".

En su opinión, esta ley acabar implementando políticas "claramente insuficientes e incluso contraproducentes", por lo que piden que no se apruebe y se muestran dispuestos a reunirse para dialogar. Los historiadores afirman que la concepción de la historia en este texto "resulta claramente propia de un nacionalismo rancio y sin ningún tipo de sentido crítico". "La labor de la Historia no ha de ser 'honrar y proteger a la historia de España' ni la de cualquier otro país o comunidad, sino la de construir un discurso riguroso y proporcionar un conocimiento sólido sobre el pasado", subrayan.

Los arqueólogos trabajan en la fosa del cementerio de Gandia, el año pasado

Los arqueólogos trabajan en la fosa del cementerio de Gandia, el año pasado / Àlex Oltra

Según denuncian, los autores de la ley se sirven de la suposición de que "nunca ha habido un relato consensuado" sobre la etapa entre 1931 y 1977 "ni entre los historiadores ni entre los ciudadanos". A su parecer, es una afirmación "muy vaga" que muestra "un claro desconocimiento de cómo funcionan las disciplinas científicas en general".

Los historiadores creen que PP y Vox pretenden hacer creer que "en la historiografía todo es relativo, lo que supone ignorar en qué consiste el oficio". Recalcan que "la Historia no es ningún dogma ni ninguna profesión de fe". Defienden, por contra que se ha construido un ámbito de estudios "sólido" y unos "consensos muy básicos" en torno a a la Segunda República, la Guerra Civil, el franquismo y la Transición.

"Sesgada y tendenciosa"

Los catedráticos denuncian que la valoración histórica "sesgada y tendenciosa" de la ley de concordia "demoniza la democracia española de los años 30 como una época 'convulsa', llena de 'dinámicas de enfrentamiento' y de 'violencia social y política', hasta llegar al extremo de definirla como 'catástrofe' equiparable a una sangrante guerra civil y una dictadura de 40 años".

Todo ello cuando subrayan que hay un consenso en la historiografía española y el hispanismo internacional en que la Segunda República fue la primera forma democrática de gobierno en la España del siglo XX. Por tanto, consideran que "con sus errores e imperfecciones, como cualquier democracia, resulta homologable al resto de democracias existentes en ese momento".

La Asociación de Víctimas del Franquismo de la Fosa 126 devuelve los restos de 20 represaliados

La Asociación de Víctimas del Franquismo de la Fosa 126 devuelve los restos de 20 represaliados / Rafael Solaz

Escala de terrorismos

Para los historiadores, la proposición carece de "la objetividad e imparcialidad que se afirma buscar" porque "no se dice nada ni se valora la dictadura franquista, hasta el punto de que nunca la nombran como tal" a lo largo del texto, al tiempo que "se aleja el foco del debate del periodo 1936-1975" porque se hace más referencia a la "República" (cinco veces) o al "terrorismo" (ocho veces): "Es decir, el terrorismo recibe, por si solo, las mismas menciones que la Guerra Civil y la dictadura juntas".

Paralelamente, advierten que el texto "jerarquiza entre terrorismos", al centrarse solo en el de ETA y no mencionar al de extrema derecha, al de los GAL o a los atentados islamistas del 11M, y también "jerarquiza entre víctimas" al afirmar que "no importa el bando, ni el origen, ni las creencias".

Mientras de las víctimas del franquismo "no dice nada", de las del terrorismo se habla en cinco ocasiones, además de "inventar la categoría de víctima de la Segunda República" cuando en su opinión no tiene sentido como tampoco se podría hablar de "víctimas de la monarquía borbónica".

Placa con nombres de parte de los 3.152 fusilados del franquismo que yacen en fosas comunes de los dos cementerios de Córdoba.

Placa con nombres de parte de los 3.152 fusilados del franquismo que yacen en fosas comunes de los dos cementerios de Córdoba. / EFE

Confundir memoria personal con memoria social

Otra de las críticas de los historiadores es que la ley muestra una "falsa equiparación" entre dictadura y democracia, al "confundir la memoria personal-familiar con la memoria social y la conmemoración por parte de instituciones".

En primer lugar, recuerdan que en democracia hay derecho a recordar a los familiares muertos durante la guerra y posguerra, con "la única diferencia de que miles de familias de víctimas de la represión franquista todavía no saben dónde están". En segundo lugar, "nunca en democracia, y todavía menos desde una institución pública, se puede hablar de 'enseñar que no importa el bando, ni el origen, ni las creencias".

"¿Aplicarían los proponentes de la ley esa misma frase a la Alemania nazi o a los terroristas de ETA?", se preguntan, y hacen hincapié en que "la igualdad de las víctimas en el dolor no puede equivaler nunca a una igualación de las causas por las que murieron": "No hay 'equilibrio' posible entre quien defiende la democracia y quien lucha durante 40 años por destruirla y evitar su retorno".

Los historiadores también rechazan la afirmación de los proponentes de que buscan "restaurar el equilibrio perdido", ya que señalan que "nunca ha habido un equilibrio e memorias en la esfera pública respecto a la traumática historia del siglo XX español"; ni antes de 1975 por la dictadura ni después porque "las instituciones no llevaron a cabo políticas decididas de memoria democrática".

La declaración cuenta con las adhesiones de la junta de la facultad de Geografía e Historia, el área de Didáctica de las Ciencias Sociales y el aula de Historia y Memoria Democrática de la UV, el equipo decanal de la facultad de Filosofía y Letras y la revista 'Pasado y Memoria' de la UA y la cátedra de Historia y Memoria Democrática de la UJI.

Suscríbete para seguir leyendo