El Ministerio de Fomento y todos sus departamentos asociados, entre los que se encuentra el poderoso Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) han anunciado una inversión de 765.061.000 euros en la Comunitat Valenciana durante el ejercicio de 2016, una cantidad muy inferior a la que proyecta invertir en Galicia„883 millones„, donde solo el AVE se llevará 731,4 millones de fondos públicos.

No es, sin embargo, el único ejemplo de unos presupuestos generales del Estado (PGE) que la consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, tildó de «burla» a los valencianos. Un presupuesto que se queda «muy lejos» de lo solicitado por la Generalitat, que aspiraba a recibir 892 millones en consonancia con el peso de su población en el conjunto de España y que elevó su petición a 1.053 millones para «compensar» el déficit inversor acumulado desde 2011.

En un tono reivindicativo y hasta bronco, la consellera aseguró que los valencianos «no se encuentran reconocidos en estos presupuestos».

En relación al corredor mediterráneo, Salvador tildó de «insuficientes los 122 millones destinados a esta infraestructura, a lo que añadió el «lentísimo ritmo inversor del Gobierno» en la inversión destinada al tercer carril para la Comunitat. «En los PGE del próximo año se fija en 2018 la finalización del ancho estándar , lo que evidencia el escaso interés del Gobierno en cumplir sus propios objetivos, ya que anunció que estaría acabado en 2016».

Una «burla» insistió, si lo comparamos con el AVE Madrid-Extremadura, «para el que se destinan 200 millones».

La consellera recordó que sigue sin haber fecha para el AVE Valencia-Alicante o para el tren de la Costa, así como la falta de inversión en líneas de Cercanías como alicante-Villena, Alicante-Murcia, Castelló-Vinarós o Cullera-Gandia, entre otras.

En Carreteras, la consellera tildo de «escasas e insuficientes» las inversiones, que contemplan una partida de 136 millones frente a los 437 que demandó la conselleria. Existen carreteras y actuaciones arrastradas desde hace años que todavía no se han ejecutado. «Dejadez y ausencia de rigor», subrayó, con ejemplos «clamorosos» como la variante de la Font de la Figuera, apenas 20 kilómetros en los que cada año mueren personas en accidente de tráfico, las del puerto de Querol o la variante de Benissa, obras que aparecían en el presupuesto de 2015 pero que no se llegaron a licitar.

La consellera denunció también la ausencia de presupuesto para liberar o reducir el peaje de de la Ap-7 en paralelo a travesías conflictivas, cuando en otras comunidades se han destinado 45 millones a ese fin. Sin embargo, su tono de indignación creció cuando confirmó el rechazo del Gobierno a las peticiones de 15 millones para el desarrollo urbano del Cabanyal y de 10 millones para incrementar el parque publico de viviendas.

«Se abre ahora una segunda oportunidad via enmiendas a los presupuestos, para lo que pedimos la unidad de las fuerzas políticas, sociales y empresariales para pedir, desde una lealtad única hacia los valencianos, un presupuesto equitativo», añadió.

Anticipándose a las previsibles críticas del PP, Salvador recordó a su antecesora en el cargo y presidenta ahora del PPCV, Isabel Bonig, que en 2011, «en lo peor de la crisis y del ajuste duro impuesto por Europa, el Consell pidió 1.200 millones de euros al Gobierno de Zapatero».

«Los regantes, los primeros»

Como ya ocurriera en 2015, uno de los sectores más damnificados por el presupuesto ha sido el del agua. Juan Valero de Palma, secretario general de la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar confirmó que el Gobierno había vuelto a excluir las obras de modernización del regadío a las que se comprometió con los regantes. «Habíamos remitido cartas al presidente del Gobierno y a varios ministros para que no se repitiera, pero ha vuelto a pasar lo mismo que en 2015», declaró.

Reprochó a Rajoy que se presentara a elecciones anunciando la modificación del régimen de financiación que tanto «ha perjudicado a los valencianos», un «compromiso incumplido», y recordó una de las frases favoritas de Rajoy: «Hay que ser previsible y fiable». «Supongo que eso incluye cumplir lo que se acuerda en el Consejo de Ministros y Rajoy no lo ha hecho», declaró.

«Si los empresarios convocan movilizaciones para denunciar la injusticia con la que estamos siendo tratados los valencianos, los regantes vamos a estar en primera fila», concluyó.