El intenso calor de este verano ha retrasado el traslado de una nueva hembra de bisonte a la reserva de Valdeserrillas, en Benagéber, según ha informado el presidente de la Asociación del Bisonte Europeo, Fernando Morán. «Teníamos pensado traer a otro bisonte de 800 kilos este mes, pero con estas temperaturas tan altas, preferimos esperarnos unos meses, y proteger al animal, ya que estar encerrado, en un transporte especial, durante varias horas con este calor debe ser insoportable para cualquiera», explica Morán.

Los bisontes europeos llevan instalados en la reserva de Valdeserrillas poco más de un mes y ya están dando sus primeros frutos. Han empezado a hacer su función que consiste en limpiar los bosques para que sea más difícil que se produzcan incendios. «El bisonte actúa como desbrozador, es decir, limpia matojos ya que se alimenta de ellos. Consiguen llegar a lo mas recóndito de los bosques y comen hasta 32 kg de materia vegetal al día», relata Rodolfo Navarro, Director de comunicación de la reserva de Valdeserrillas.

Esta especie en extinción vuelve después de 10.000 años a Valencia, en concreto a Benagéber, por lo que los científicos ven una buena posibilidad de estudiar este animal en un hábitat nuevo para ellos.

«Momento climático muy malo»

Por un lado, se quiere analizar el comportamiento del bisonte en el Mediterráneo. Se estudiarán las características de esta especie respecto a qué come o cómo se comporta. «Es muy pronto todavía para sacar conclusiones, pero al ser bisontes jóvenes se están adaptando bien, pese a contar con un momento climático muy malo», afirma Morán.

Además, hay otro estudio con el que se pretende certificar a nivel de volumen lo que consumen los cuatro animales, tres hembras y un macho, en la nueva zona. «Estamos investigando la biomasa que consumen estos animales, ya que al ser tan pesados devoran mucha materia», aclara Navarro.

Actualmente quedan unos 4.500 bisontes en todo el mundo, de los cuales sólo unos 1.500 viven en libertad. Es la especie en extinción más protegida de la Unión Europea y, según Navarro, «lo que no queremos que ocurra es que haya otra guerra como la de 1914 y se acabe extinguiendo la especie», refiriéndose a los únicos 12 descendientes que sobrevivieron a la Gran Guerra.

El bisonte europeo está catalogado en la directiva europea Hábitats como especie en peligro de extinción de interés comunitario. España, como miembro de la Unión, ha firmado por la protección y conservación de especies y hábitats recogidos en la citada directiva y en el convenio de Berna.