El Congreso Nacional de Seguridad Vial finalizó ayer en Valencia con un llamamiento a las administraciones para que incrementen la intervención en las carreteras convencionales o de calzada única donde se concentran un 80% de las muertes en accidente de tráfico.
Jacobo Díaz, director general de la Asociación Española de la Carretera, organizadora del congreso, aseguró ayer que la «urgencia» de intervenir en la red convencional se deriva del elevado número de víctimas„ un 80% del total „que se concentra en este tipo de vías de calzada única, que en España suman más de 150.000 kilómetros, de los que 7.009 se encuentran en la Comunitat Valenciana.
«Sin duda es una prioridad. Es cierto que en los últimos años se ha experimentado un descenso de la mortalidad que es especialmente significativo en autovías y autopistas, no tanto en las carreteras convencionales», explicó.
Así, solo en las carreteras valencianas se ha pasado de 709 fallecidos en 1989 a 167 en 2014, año en el que el número de fallecidos repuntó tras descenso continuados.
Un informe de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana vincula el incremento al déficit inversor en mantenimiento y mejora de la seguridad en estas vías. «Si queremos mantener esas reducciones de mortalidad experimentadas en los últimos años, debemos procurar que las infraestructuras mejoren», declaró Díaz.
«Llevamos unos años con unos datos muy buenos pero que no pueden justificarse en la mejora de la red viaria„ni se han construido tantos kilómetros ni se ha gastado más en conservación„, ni por las posible reducciones en el envejecimiento del parque móvil».
«Lo que ha cambiado de verdad ha sido la normativa y su aplicación, en sanciones por seguridad vial y en la capacidad de control y gestión que ha permitido condicionar al ciudadano en temas tan específicos como la velocidad excesiva, el uso de alcohol o drogas en la conducción, el empleo del cinturón, casco, etc. aunque todos los síntomas apuntan a que esa línea de actuación ha sufrido un cierto estancamiento», dijo Jacobo Díaz.
«Lo que decimos es que se ha jugado muy fuerte y con mucha rentabilidad con el factor del control policial, pero entendemos que si solo seguimos actuando sobre factores humanos sin aportar valor a la infraestructuras no podemos esperar descensos tan significativos», añadió el director general.
Plan específico a diez años
«En los últimos años ha habido una dejadez en las inversiones en mejora y conservación. Es necesario una recuperación de los estándares de calidad y servicio de esta gran red de carreteras, quizá no de hoy para mañana, pero si mediante un plan específico a diez años», explicó. No obstante, el experto considera que hay que incidir en la mejora de la conducta de los usuarios, en especial de «los reincidentes»: conductores que no usan el cinturón, que circulan sistemáticamente por encima de la velocidad admisible, que no mantienen las distancias o provocan situaciones comprometidas en los adelantamientos.
También habla de campañas específicas en determinados «grupos de riesgo» en torno a furgonetas o motocicletas.
