Dolor pulsatil de cabeza de moderado a grave y que suele ir acompañado con náuseas y vómitos. El sufrimiento que provoca una migraña es difícilmente explicable para alguien que nunca lo ha sentido aunque es lo suficientemente profundo para dejar a quien lo sufre en cama, evitando la luz y los ruidos fuertes. De hecho, es la octava enfermedad más discapacitante de todas las patologías catalogadas por la OMS.

Los tratamientos hoy por hoy para el 12 % de españoles que la sufren se reducen a antiinflamatorios o triptanes según la profundidad del dolor o incluso tratamientos preventivos o la inyección de toxina botulínica -el conocido Botox- en varios puntos de la cabeza. La investigación que está llevando adelante el departamento de Ingeniería Biomédica del Hospital Quirónsalud Valencia junto a otros centros de España puede, sin embargo, abrir el foco para crear nuevos tratamientos.

El proyecto todavía está en su fase final pero los primeros datos demuestran la relación existente entre la enfermedad y ciertas anomalías en la anatomía cerebral. «Lo que hemos visto es que hay partes del cerebro que cuanto peor está el paciente, más afectadas están. Lo que todavía se desconoce es si esas alteraciones que estamos viendo en el estudio son a consecuencia de las migrañas o estaban de forma previa y son, de alguna forma, causa de la enfermedad», explicó ayer el ingeniero del Departamento de Ingeniería Biomédica del Hospital Quirónsalud Valencia.

Medicamentos más eficaces

Este es el gran descubrimiento de la investigación, liderada por Roberto Belvís, jefe del servicio de Neurología del Hospital Dexeus de Barcelona y que facilitará un mejor diagnóstico de la migraña y, a medio y largo plazo, medicamentos «más eficaces».

Estas anomalías en la anatomía del cerebro -en la zona precentral y en el tálamo- no habían podido ser localizadas hasta el momento ya que no son detectables a simple vista en las imágenes obtenidas por resonancia magnética normal.

Los integrantes del estudio han aplicado de forma pionera nuevas formas de análisis de estas neuroimágenes -obtenidas por resonancia magnética de alta resolución espacial- para encontrar estas alteraciones y poder ponerlas en relación con las migrañas. «Cuando estas imágenes se estudian a través de estas técnicas avanzadas que hemos desarrollado se iluminan ciertas áreas. Entendiendo qué hace el cerebro en estas zonas se podrá concretar nuevos y mejores tratamientos», abundó Gracián García que recordó que esta enfermedad -en muchas ocasiones crónica- supone un coste social «muy alto».

El estudio es además pionero por la cantidad de pacientes incluidos en la muestra (cerca de 150). Además se ha contado con diferentes tipos de pacientes: crónicos, con migrañas episódicas y con aquellos que tienen procesos que anticipan el dolor, las conocidas como auras, además de sujetos sanos. De esta forma, la investigación no solo realiza una comparativa entre personas enfermas y no enfermas sino entre las que padecen estos diferentes tipos de migrañas.

El estudio de Quirónsalud ha sido galardonado con la beca de la Sociedad Española de Neurología 2014-2015 y con la máxima distinción en la LVXII Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología.