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«Un conservador no tiene complejos»

Hace tiempo que no veía a alguien que se defina como liberal-conservador. ¡Parece que los conservadores tengan complejos!

Es que hay gente que milita en el centro-derecha y no sabe lo que es. Pero quien es liberal-conservador no tiene complejos ni razón para ello. ¡Todo lo contrario! Tiene una visión de qué es la vida, quién es y adónde va. Tristemente, hay mucha gente en el centro-derecha que carece de valores y principios.

¿Y por qué se esconde la faz conservadora en lo ideológico?

Es que mucha gente está en la derecha sin ser liberal-conservadores. Tiene intereses, pero no valores. Tiene ambiciones, pero no visión en la vida. Y repudia un concepto que puede limitar su margen de maniobra. Cree que el mercado, la demanda política, es progresista y ha de hacerse simpático a ese mundo. Pero si estás en la derecha y sabes quién eres, perteneces al mundo liberal-conservador en los términos que definió Cánovas del Castillo: la filosofía es liberal y la práctica es conservadora. Crees más en la experiencia que en la razón. Los experimentos, con gaseosa.

¿Esa ideología se está diluyendo en marcas blancas en España?

Ahora, PP y PSOE tienen serios problemas de definición ideológica. El PSOE es más bien «progresista», que es un vacío, una actitud. Y el PP, en su patético Congreso de Valencia, renunció a su ideario para caer en lo que el tiempo ha demostrado: un pragmatismo que prima los intereses de las redes caciquiles.

¿Los liberal-conservadores están huérfanos de representación?

Tanto como los socialistas. El PP quiso ser «moderno» y abarcarlo todo y finalmente perdió su identidad. El caso del PSOE es distinto: su programa histórico ha entrado en crisis en toda Europa.

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