El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, cree que «no tiene demasiado sentido» en estos momentos plantear la dimisión del alcalde de Valencia, Joan Ribó, quien ha asegurado que así lo hará si finalmente el juez abre una investigación por el viaje a Galicia en noviembre para asistir a la Cumbre de Alcaldes por el Cambio. «No veo por ninguna parte un caso de corrupción. Por lo que yo sé, no veo en absoluto ningún tipo de implicación de carácter que pueda ser equiparable a un caso de corrupción», defendía Puig.

Ribó afirmaba este martes que si se abre una investigación judicial por su viaje a Galicia, cuya denuncia partió del grupo municipal popular, dimitirá porque está «obligado» a hacerlo y porque es «coherente» con lo que pide a otros partidos.

Puig llegó a espetar que dicho viaje a A Coruña, es un «servicio al debate público» y ahí no existe «ninguna malversación». Eso sí, ha pedido esperar para ver «qué se le imputa» al edil. «Creo que en estos momentos tiene haber mucha transparencia y honradez, pero lo que no puede haber es una especie de caza de brujas absurda», señalaba Puig, criticando que el objetivo del PP valenciano sea, a su juicio, intentar «manchar a todo el mundo».

El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, salió ayer en apoyo de Ribó, y confía en que la apertura de diligencias de la Fiscalía «quede en nada» y sea una «anécdota desagradable», puesto que «no hay nada». «Con las cosas que han pasado en Valencia en los últimos años, en el Ayuntamiento, la Generalitat y en las diputaciones; que a Ribó se le investigue por venir a trabajar a A Coruña supone algo digno de mención, por lo menos», reprobaba.

Ferreiro incidió en el carácter institucional del encuentro, aunque reconoció que, en el contexto de la reunión, se celebró «un acto político» que tuvo lugar en la tarde del sábado y que «pagó la Marea Atlántica».