Las vacaciones y las buenas temperaturas insuflan a cientos de ciclistas ganas de respirar aire puro a lomos de su bicicleta. Lamentablemente, la Semana Santa representa uno de los períodos del año donde más accidentes de tráfico se registran y en ocasiones, como la reciente ocurrida en Galicia, las víctimas son los que van sobre dos ruedas.

El pasado día 12, un octogenario que conducía un todoterreno se llevó por delante a un pelotón de ciclistas en A Guarda. Mató a uno e hirió a siete de ellos. En 2014, último año del que la Dirección General de Tráfico tiene datos, el 8 % de los accidentes que dejaron víctimas correspondía a conductores de bicis. De los que acabaron en el hospital, el 10 % eran jóvenes de 15 a 17 años. El otro grupo de edad más afectado resultó el de 55 a 64 años. Respecto a los fallecidos, las cifras se repiten: ambas franjas fueron las que más muertos registraron, según datos de la Fundación Mapfre.

Los siniestros se producen mayoritariamente en zonas urbanas (un 69 % del total). Solo en la ciudad de Valencia se documentaron 510 accidentes con bicicletas implicadas en 2013 (un 16% más que en 2012), según los últimos datos del anuario estadístico de la ciudad disponibles. Sin embargo, el peor precio lo pagan los que van por carretera. El 73 % de los fallecidos circulaban por estas vías. Solo en 2010 las bicicletas se vieron implicadas en 3.606 accidentes, en los que fallecieron 67 ciclistas y resultaron heridos 3.429.

«La gente no se da cuenta de que encima de la bicicleta va una persona. Es como si fuéramos un estorbo en la carretera, corremos mucho riesgo», cuenta a Levante-EMV el corredor profesional Rafa Valls.

«Me llevo sustos diarios»

El contestano suele entrenar unas cuatro o cinco horas diarias encima de su bici por las carreteras valencianas, sobre todo las que van por el interior (Alcoi). «Cuando bajo hacia la costa, la parte de Oliva, Altea, etc, hay más tráfico y más peligros», relata. «Me llevo sustos cada día. Recuerdo una caída que tuve con un camión que pasaba cerca. Siempre llegas a casa pensando: 'de la que me que librado'. Te entra pánico cuando ves venir un coche de cara», cuenta Valls.

«A los ciclistas les diría que si quieren que les respeten, tienen que respetar ellos también. Las señales de tráfico, los semáforos, etc. están para cumplir. En ciudad sobre todo, piensan que no se ponen en riesgo, pero pueden poner en peligro a un peatón, por ejemplo», detalla el ciclista profesional.

«A los conductores les diría que no pueden tener tanta prisa. A veces es preferible perder 30 segundos y esperar a un zona con mayor visibilidad y evitar el accidente, que no esperar y llevarte por delante a una persona», sostiene.

Por su parte, Anna Sanchis, doble campeona de España de contrarreloj y ruta, critica que «hay poca concienciación. Los conductores de coches se olvidan de que encima de la bici va una vida», lamenta. Esta corredora de 28 años, natural de Genov-és, denuncia que «el que va en bici siempre pierde» en un siniestro contra un coche. «Hace falta más respeto y concienciación por las dos partes. Sería necesaria una campaña machacante para que los conductores se responsabilicen cuando van al volante», argumenta la joven.

«Por ejemplo, a veces pasan coches que te pitan o te gritan cosas cuando estás circulando con un compañero por carretera en paralelo. Todavía no se han enterado de que está permitido», apunta la ciclista. «Todavía hay mucha gente que no es consciente de que un accidente en bici te mata. Solo el casco te protege, el resto va 'a pelo'», añade Sanchis.

Según el artículo 54 del Reglamento General de Circulación, la circulación en grupo de los ciclistas está autorizada, pero esto no significa ir en pelotón. Los ciclistas deberían circular por el arcén de su derecha, si es transitable y suficientemente ancho. Si no lo es, se puede utilizar la parte imprescindible de la calzada.

En los descensos prolongados con curvas, cuando razones de seguridad lo permitan, los ciclistas pueden abandonar el arcén y circular por la parte derecha de la calzada, explica el reglamento.