El encuentro y la memoria se dieron cita ayer en el Cementerio General de Valencia con motivo del reencuentro entre Teófilo Alcorisa con su familia. Los familiares del republicano represaliado durante la Guerra Civil recogieron ayer los restos mortales de Alcorisa de la mano de algunas autoridades políticas y judiciales en un evento donde no faltaron las lágrimas y los abrazos.

«Ahora sí podremos cerrar la herida», declaraba emocionada la hija del republicano, Pilar Alcorisa, quien agradeció la ayuda del Ayuntamiento de Valencia después de «haber estado tanto tiempo luchando», según la hija. Al acto asistieron diversas personalidades, como el alcalde de Valencia, Joan Ribó, y la concejala de Cementerios, Pilar Soriano, así como el ex juez Baltasar Garzón, abogado de la familia en el proceso; el coordinador del Grupo de la Memoria Histórica, Matías Alonso, y el diputado socialista en el Congreso Jose Luis Ábalos.

La exhumación de los restos mortales comenzaron a finales de 2015, después de un conflicto de siete años, que llegó incluso al Tribunal Constitucional a causa de la negativa del anterior equipo de gobierno en poner en marcha cualquier proceso de exhumación.

Alcorisa, conocido como «el padre del Guerrillero», fue detenido en Cuenca en 1947 y trasladado al cuartel de Arrancapins de Valencia, donde murió tras una semana de torturas. «Es triste tener que decir que hemos conseguido una cosa de justicia que debía haberse conseguido, como se hace en todos los países de Europa, pero por desgracia en Valencia lo que tenía que ser normal, hasta hace poco no lo era», afirmó Ribó, quien calificó la recuperación de los restos como «un acto de justicia».

El ex juez Garzón denunció ante el féretro la «ausencia» de la justicia en casos como este. «Era muy fácil, solo había que cumplir la ley y se hubiese obtenido un resultado inmediato y cerrado una herida que estaba abierta», afirmó el abogado en relación a la Ley de Memoria Histórica, que legitima a las familias a recuperar los restos mortales.