Los Mossos d'Esquadra detuvieron ayer a Fernando Blanco, padre de Nadia, a raíz de las sospechas de que ha cometido una estafa en la recogida de fondos para tratar a la menor. El conseller de Interior, Jordi Jané, confirmaba que Blanco permanecía arrestado en la comisaría de los Mossos d'Esquadra en La Seu d'Urgell (Lleida), acusado de un delito de estafa, y que está a la espera de pasar a disposición judicial.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) indicaban por su parte que el juez no había ordenado ninguna diligencia en este sentido a los Mossos d'Esquadra. Sin embargo, ante los periodistas, Jané sostenía que los Mossos d'Esquadra actuaron en este caso como policía judicial.

Retirada del pasaporte de la niña

La detención se produjo en una jornada en la que por la tarde el juez había movido ficha. El titular del juzgado de instrucción número 1 de La Seu d'Urgell (Lleida), que investiga la supuesta estafa en los donativos, acordaba retirar el pasaporte de la niña y preguntaba a la Fiscalía si veía oportuno plantear medidas civiles en relación con la tutela o el cuidado de la menor. En concreto, las medidas civiles van desde la tutela de la menor hasta tratar aspectos sobre su manutención, residencia, comunicación, tratamientos médicos o para asegurar su educación, entre otros, según el TSJC. El juez también acordaba pedir de nuevo la información médica de la menor, que vive con sus padres en Organyà (Lleida).

Pero antes, el magistrado ya había ordenado inmovilizar las cuentas bancarias del padre mientras investiga la supuesta estafa.

Por otra parte, Marga Garau, la madre Nadia, aseguraba en televisión que ni ella ni su marido, Fernando Blanco, han estafado dinero de las donaciones para la menor, afectada de tricotiodistrofia. Fue durante una intevención por teléfono en «Espejo Público» de Antena 3, donde Garau aseguró que el lunes fueron al banco a intentar devolver todo el dinero recaudado para su hija -unos 300.000 euros, según la familia-, pero que una vez allí les dijeron que lo tenían que hacer caso por caso y además ya no pueden operar por el embargo judicial.

También relataba que están viviendo «una pesadilla». «Yo sé que Fernando no ha hecho nada. No se ha quedado dinero para él. El único fallo que ha cometido ha sido exagerar la historia e ir a curanderos en los que no queda constancia del tratamiento que ha recibido mi hija», aseguró.

El padre ya fue condenado en el año 2000 en Palma a cuatro años y diez meses de prisión por estafar 120.000 euros a la empresa en la que había trabajado. «Lo que hizo en el pasado ya lo pagó», señaló la madre de la niña, que reconoció que su marido la engañó al decirle que llevaba la niña a médicos y hospitales cuando en realidad la llevaba a curanderos, aunque no le ha dado importancia a esta actuación.