El director gerente del hospital de Alzira, Javier Palau, defendió ayer que la unión temporal de empresas que gestiona tanto el centro como el departamento de salud, la UTE Ribera Salud II, no ha tenido nunca intención de «esconder» datos a la Conselleria de Sanidad en lo que se refiere a gestión económica y facturación. Así lo aseguró ayer Palau durante su intervención en el programa «València en Directe» de LevanteTV en el que participó para dar su opinión, entre otros temas, sobre el informe de la Dirección General de la Alta Inspección Sanitaria que ha detectado, como adelantó este diario en exclusiva, hasta 2,6 millones en facturas «irregulares» en el servicio de Urgencias de Alzira durante los años 2013, 2014 y 2015.

El gerente quiso quitar hierro a las conclusiones del informe -encargado por la Conselleria de Sanidad a principios de 2016 y que se ha emitido hace solo unos días- asegurando que está seguro que «todo se aclarará» y que los resultados no tenían «mayor importancia» ya que no se estaba hablando de un dinero «que nadie se haya metido al bolsillo» sino de una facturación «que no está pagada todavía» y que será en las comisiones mixtas donde se decidirá «de mutuo acuerdo y con lealtad» qué toca pagar por parte de la administración al hospital o viceversa tras la reversión de esas facturas.

Liquidaciones superadas

El informe de la alta inspección concluye que hay hasta 35.000 urgencias de pacientes de fuera del departamento que se han facturado como atendidos en el hospital cuando habían sido atendidos en Atención Primaria o puntos de atención continuada, conceptos por los que se factura menos dinero a la administración.

«Quizá hay repetidos datos y esto sucede simplemente porque estamos hablando de muchos muchos datos y es posible que este tipo de cosas ocurran pero se solventan en el momento de la liquidación y de mutuo acuerdo y con lealtad», defendió el gerente que recordó que la Conselleria de Sanidad había venido avalando «hasta ahora» las liquidaciones de años anteriores. «Se han avalado y pensábamos que estábamos trabajando como tocaba porque la facturación se ha hecho siempre así (?) si hay alguna cosa irregular o que no se ha contado como toca pues se nos ha de decir pero hasta ahora no hemos tenido ningún problema», dijo.

En este sentido Palau sí lanzó un reproche a la administración. «Si la alta inspección ha detectado problemas, lo primero que tendría que hacer es venir a nosotros y decirnos que hay cosas que no son correctas y entonces podremos sentarnos y hablar. Es la manera más sencilla y fácil de trabajar antes de crear una alarma en los medios», criticó el gerente que recordó que han reclamando de forma urgente a la conselleria los resultados del informe.

Por otra parte, el gerente negó otra de las principales críticas de los inspectores en el informe sobre la falta de acceso completo de la administración a las bases de datos de los responsables de Alzira. «Todo está volcado y controlado por la conselleria, a nivel económico también», dijo.

Plataforma de defensa

Cerca de 200 trabajadores del departamento se han unido para forma la asociación «Sanitatsoluna» que busca «defender el modelo Alzira» aunque «desde la imparcialidad» y sin alinearse con la empresa gestora Ribera Salud. «El modelo somos todos los profesionales que trabajamos en él», aseguran. Los impulsores de la entidad quieren defender desde ella «los puestos de trabajo actuales» y de hecho piden la prórroga del contrato ya que el trabajo realizado en calidad asistencial es «brillante».