Al menos cuatro farmacias del distrito de Jesús en València han sido multadas por la Conselleria de Sanidad por incumplir la ley de uso racional del medicamento y vender antidepresivos sin pedir la correspondiente receta. La Dirección General de Farmacia ha decidido sancionar a los farmacéuticos responsables después de comprobar que habían cometido una falta administrativa grave.

La resolución ya ha sido notificada a las oficinas investigadas y, con ella, la cuantía de las multas que, sin embargo, no ha trascendido. El Real Decreto Legislativo 1/2015 prevé, sin embargo, que la horquilla de las multas para este tipo de sanciones se mueva de los 30.001 a los 90.000 euros tal como se establece en el artículo 114, según si la falta grave se considera en su grado mínimo, medio o máximo.

Si la multa se queda en los 30.001 euros o escala hasta los 90.000 depende de varios factores, entre ellos si se ha comprobado intencionalidad, si ha habido intento de fraude o se han incumplido advertencias previas, cuál ha sido el perjuicio causado o el número de personas afectadas, así como la reincidencia de la farmacia en la falta.

La indignación de un vecino

La resolución de la Dirección General de Farmacia llega casi un año después de que se abriera la investigación contra estas oficinas de farmacia ante la denuncia de un particular que relató cómo había comprobado en persona que podía acceder a este tipo de fármacos en varias oficinas sin que, «en ninguna y en ningún momento», como ha asegurado, se le requiriera la correspondiente receta del médico prescriptor.

Este vecino de València presentó junto a su denuncia los comprobantes de compra de estos medicamentos -entre ellos el vendido bajo la marca comercial Seroxat- obtenido en varias farmacias distintas para demostrar que había podido comprar el medicamento sin ningún problema y sin que ningún médico se lo hubiera recetado.

Este particular, que prefiere mantenerse en el anonimato, se preocupó de recorrer las farmacias y de presentar la denuncia ante la Conselleria de Sanidad motivado por un problema personal: un familiar cercano con problemas psiquiátricos había estado accediendo a estos medicamentos sin la receta con el consiguiente peligro que esto suponía para su tratamiento.

Impulsos suicidas

Precisamente, y tal como recoge el prospecto del Seroxat, al inicio de la toma de este medicamento se pueden exacerbar los impulsos suicidas de las personas deprimidas o con ansiedad. «Si usted está deprimido y/o tiene trastornos de ansiedad, a veces puede tener pensamientos de hacerse daño a sí mismo o suicidarse. Éstos pueden aumentar al principio del tratamiento con antidepresivos, ya que todos estos medicamentos tardan un tiempo en hacer efecto».

Movido por la indignación, este vecino decidió comprobar por sí mismo el fácil acceso a fármacos antidepresivos como el Seroxat sin receta. Así, a modo de cliente invisible, llegó a acumular una veintena de comprobantes de compra de estos medicamentos de otras tantas farmacias de la ciudad. En ninguna le pidieron la receta, tal como marca la ley.

Las pruebas las presentó en su día ante la administración -a principios de 2015- pero ni aquella denuncia salió adelante ni los comprobantes originales volvieron a sus manos. «Se perdieron», le aseguraron.

Dispuesto a que su denuncia no quedara en agua de borrajas volvió a realizar las compras, aunque en menos oficinas, y volvió a denunciar ante la administración sanitaria en mayo del año pasado. Tras varios meses de investigación, la Dirección General de Farmacia ha cerrado el expediente y, ahora sí, con sanción para las farmacias incumplidoras.