El PP puso en marcha ayer en cuatro instituciones diferentes un plan orquestado con el objetivo de amplificar el eco de la protesta ciudadana contra la eliminación de conciertos educativos en la Comunitat Valenciana que el sábado congregó en València a 30.000 personas, según los organizadores.

Los populares valencianos están convencidos de que la política educativa y lingüística es un talón de Aquiles para el actual Consell y consideran que alentar la idea de que Puig permite a Compromís poner en práctica políticas «radicales», personificadas en el conseller de Educación, Vicent Marzà, tendrá réditos electorales.

En esa estrategia, los populares, que llegaron ayer al pleno de las Corts vestidos de blanco (igual que las familias que el sábado protestaron en València) acabaron por reventar la sesión de control al presidente, Ximo Puig, tras un bronco debate en el que el jefe del Consell y el conseller Marzà se enzarzaron con la síndica del PP, Isabel Bonig, y los diputados populares Beatriz Gascó y Luis Santamaría.

Blanquean la corrupción

El desencadenante del abandono de los diputados populares fue una frase del síndic de Compromís, Fran Ferri: «Cuando están en la oposición, se visten con camisa blanca, y cuando están en el Gobierno, ponen a ladrones de guante blanco». La reacción de los populares dio la sensación de estar ya preparada de antemano, solo a falta de elegir el momento adecuado.

«Piel muy fina... Se van porque no quieren escuchar la verdad», respondió Ferri. Antes, el conseller de Educación, Vicent Marzà, había acusado al PP de querer «blanquear» la corrupción y de incumplir los mandamientos de «no robarás y no mentirás», y Puig les había recordado los sobrecostes de mil millones en la construcción de colegios a través de Ciegsa. «Cuando el PP habla de libertad educativa es como cuando Blasco hablaba de cooperación», resumió el jefe del Consell.

La sesión de control tuvo que interrumpirse varias veces por las continuas alusiones directas. En una de ellas, la portavoz popular aseguró que jamás un miembro del Gobierno valenciano se había comportado como el conseller Marzà, al que llamó «radical», a lo que el responsable de Educación respondió que si el PP corea «libertad, libertad» es por los delincuentes que tiene en la cárcel.

Además, la síndica popular desplegó en la tribuna una camiseta con el lema Llibertat Llibertat educativa Los populares aseguran que se hacen eco de la reivindicación del derecho de los padres a la libre elección de centro educativo que se ve amenazada, según denuncian, en la Comunitat Valenciana por la supresión de conciertos en Bachillerato.

Además, sostienen que una sentencia del Supremo afirma que la concertada no puede considerarse subsidiaria de la pública y que el cierre de unidades sólo se justifica cuando se produce un descenso de solicitudes. Si gobiernan, asegura la presidenta del PP, recuperarán todos los conciertos.