Manuel es un empresario de Artes Gráficas. Hace tres años un «ransomware» bloqueó la contabilidad de la empresa. Su copia de seguridad no estaba actualizada y en un clic había perdido la documentación que acreditaba trabajos valorados en 200.000 euros. «No teníamos justificantes, ni facturas, nada. Pasas de creer que es una broma a sentir un vértigo como si se abriera un abismo a tus pies». El empresario tuvo suerte: la acción combinada de la Guardia Civil y de su proveedor de antivirus permitió desbloquear su servidor y recuperar toda la información.
Antonio es asesor laboral y fiscal. El pantallazo llegó después de que un cliente ficticio le mandará una documentación en un pdf adjunto que abrió. «Luego nos contaron que primero que hizo el bicho fue irse a buscar la copia de seguridad y bloquearla. El pirata informático les daba siete días para pagar algo más de 400 euros en bitcoins, un detalladísimo manual de cómo pagar y la amenaza de borrar toda la información si avisaban a la Policía.
«Temblaba de pies a cabeza, ya no por mis facturas, sino porque en esos ordenadores está la vida y los papeles de más de 200 clientes que confían en nosotros», añade. «Finalmente pagamos y al instante desbloquearon los archivos. Tuvimos suerte», sentencia.
