Por segunda vez, el exconseller del Partido Popular Rafael Blasco se sentará en el banquillo de los acusados, y lo hará junto a su cúpula de la Conselleria de Inmigración. Serán procesados por prevaricación, cohecho, asociación ilícita, malversación, encubrimiento, fraude de subvenciones, blanqueo y falsedad documental.

Así lo ha determinado la jueza de instrucción Nieves Molina (la misma que la del caso del accidente de metro), que en un auto de cerca de 400 páginas establece que tanto el exconseller como su entorno formaron un «grupo criminal» que saqueó las arcas públicas y el dinero que iba destinado a construir un hospital en Haití cuando el país centroamericano sufrió un terremoto en 2010.

Según señala el auto, Rafael Blasco, Marc Llinares y César Augusto Tauroni -a quienes se califica de «directores o jefes» de la comisión de un delito de asociación ilícita- «se concertaron, decidiendo crear una fundación, cuya constitución sería dirigida por el señor Tauroni, con las indicaciones recibidas del señor Blasco, como ha quedado reflejado en el contenido de diversas conversaciones telefónicas». En una de 2011, por ejemplo se escucha cómo tras los ceses y nuevos nombramientos después de las elecciones Tauroni dice que «...va a salir todo muy bien, con más tranquilidad (...) que lo importante es resistir y mantener el tipo... que acabarás conmigo de alcalde de Nueva York».

En otro punto, se señala como hechos indiciariamente constatados que el exconseller estableció un concierto «evidente» con Tauroni «con la finalidad de favorecer en la concesión de subvenciones» a este «empresario conocido suyo de tiempo atrás, a cambio de que este le abonase determinadas cantidades de dinero y pese a conocer que desviaba de sus fines para lucro propio buena parte de las cantidades obtenidas» para proyectos en el Tercer Mundo.

También considera que Tauroni participó en la selección de las entidades a subvencionar, mandando un correo a Llinares con una lista de entidades y en el que explicaba: «Te remito la lista blanca y negra (...) los que realmente nos interesa que no salgan están en rojo. Los en rojo son que no; nein; ni de coña; vamos que no. Los que están en verde son la lista blanca, o sea, que sí, o sea que somos nosotros, o sea que como se equivoque lo mato», escribió Tauroni, cuya declaración esta semana no ha servido para modificar su situación.