Puig recupera territorio en casa. El secretario general del PSPV ha arrasado en la recogida de avales para las primarias orgánicas frente al aspirante, el alcalde de Burjassot, Rafa García. Pero nadie de su equipo se atrevió a celebrarlo en voz alta.

«Prudencia» era el mensaje que emanaba de la candidatura de Puig. Está demasiado cercano el recuerdo de las primarias para la secretaría general del PSOE de hace tres meses, cuando Puig pinchó tras apoyar a Susana Díaz frente a Pedro Sánchez: el presidente sacó la bandera de la andaluza pero solo le siguió una cuarta parte del partido. Además, más de mil militantes que habían firmado para Díaz cambiaron su voto o no acudieron a las urnas.

Ayer, en el primer test de estas primarias, Puig golpeó primero. Un vuelco respecto a aquel resultado. Su equipo, liderado por los alcaldes Jorge Rodríguez (Ontinyent) y Fernández Bielsa (Mislata), presentó 8.120 avales, aunque la revisión posterior le anuló 536 (un 6%) y rebajó su cuenta a 7.584; frente a los 4.600 presentados por la candidatura de Rafa García, que se quedaron en 4.411 (-4%).

Son cantidades importantes. Puig supera las firmas que obtuvo Pedro Sánchez en la gran movilización de sus partidarios hace tres meses. Además, el secretario general reedita el número de avales que sacó en las primarias de 2014, entonces frente a Toni Gaspar.

Por provincias, y según las cantidades presentadas por sus equipos, Puig gana con más claridad en su feudo, Castelló, donde triplica los apoyos de García (900 frente a 300); se anota una importante victoria en València, territorio de la mano derecha de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos (en segundo plano en este proceso), y clave por número de votos. Puig ha dado la vuelta a las principales comarcas y agrupaciones, con 4.345 avales frente a 2.700. En Alicante, finalmente, Puig casi duplica en apoyos a García (2.875 frente a más de 1.500).

Prudencia y esperanza

Desde la candidatura de Puig se apelaba ayer a la prudencia: «Los datos son buenos, pero las votaciones son el 16 de julio y no nos podemos confiar». El entorno de Puig agradece la «coherencia» de quienes apoyaron a Pedro Sánchez y ahora entienden que este proceso es otro, y hay que reforzar la figura del jefe de un Consell recuperado tras dos décadas de travesía.

Un discurso en línea de la puesta en escena de su candidatura, rodeada de cargos como Manolo Mata, las conselleres Carmen Montón o María José Salvador, o Francesc Colomer, que o bien respaldaron a Pedro Sánchez o al menos no defendieron públicamente en las pasadas primarias federales que votar a Susana Díaz era votar a Ximo Puig. Este proceso es otro, es el mensaje.

Desde la candidatura del aspirante García, la lectura de los resultados era igualmente optimista. Un candidato desconocido fuera de València, sin más aval que la bandera del «sanchismo», presenta nada menos que 4.600 avales. «Un suelo sólido». «Hay partido», celebran. Les separan 1.800 votos, dicen, los que necesitan que cambien de bando para darle un vuelco a la carrera hacia Blanquerias. El entorno de García pone a prueba la firmeza de los avales a Puig. El 16 de julio, los 18.000 afiliados darán la respuesta definitiva.