Los populares valencianos han hecho enfrentarse en varias ocasiones al tripartito con la realidad de que no es lo mismo estar en la oposición que gobernando. Las sentencias por opacidad al Consell conseguidas por el grupo parlamentario popular son una muestra de ello. Ahora bien, también el PPCV es ahora prisionero de las decisiones adoptadas en la etapa de sus mayorías absolutas.

El último tropiezo del PP consigo mismo tiene que ver con el acto protagonizado el pasado jueves en las Corts por la síndica Isabel Bonig, y los miembros del consejo político del PP en el Congreso. La rueda de prensa encaja perfectamente con las prohibiciones que en abril de 2012 fueron incorporadas por el PP en el reglamento de las Corts respecto al personal ajeno al Parlamento valenciano.

En concreto, la presencia y la participación de Hernando en esa rueda de prensa choca con el artículo 1 del capítulo del reglamento referido a la utilización de las salas, espacios y dependencias de las Corts y que restringe su uso a diputados, los senadores designados en representación de la Comunitat, miembros del Consell, altos cargos de la administración autonómica, etc. Solo la Presidencia de las Corts puede autorizar el uso de las salas a representantes de otras instituciones «con la petición previa por escrito». Con estas reglas, la rueda de prensa del jueves no encaja. En la sala de prensa de las Corts compareció Bonig en compañía de Hernando y del diputado nacional Rubén Moreno. Bonig condenó la política educativa del Consell y Hernando se sumó a las críticas.

Sin quejas

Aunque nadie ha presentado una queja, el uso de las instalaciones por personal ajeno al Parlamento no ha pasado desapercibido en las Corts y ello, fundamentalmente, porque fue el PP quien hace dos legislaturas forzó un cambio de reglamento que buscaba cortar las alas a la oposición.

Con estas medidas el PP trató de evitar que la oposición tuviera libre acceso al edificio, así como prohibir a la lideresa de Compromís, Mónica Oltra, el uso de camisetas reivindicativas. Al PP le molestaba (elaboró una queja formal) que Ximo Puig, entonces líder del PSPV sin escaño, hiciera declaraciones a la prensa en los pasillos y que tres miembros de la llama Primavera valenciana hablaran tras una reunión con los grupos de izquierda.

El paquete de las conocidas como «normas de decoro» incluía la advertencia de que los diputados o el grupo que las incumpliera tendría que hacer frente a los gastos.

Los populares dicen tener la conciencia muy tranquila con su proceder ya que solicitaron por escrito el uso de las dependencias tanto para la reunión previa entre diputados nacionales y autonómicos, como de la sala de prensa. Además, fuentes del PPCV recordaban que otros grupos, como Ciudadanos o Podemos, han llevado a las Corts a personal ajeno al Parlamento.

Aún así, todo apunta que la sangre no llegará al río.