El expresidente de la Diputación de València y actual imputado en el Caso Taula puso ayer la mano en el fuego por Francisco Camps y Máximo Caturla, también investigados en el Caso Valmor y el Caso Taula, respectivamente. «Nunca he robado ni me pidieron que recaudara», aseguró el también expresidente provincial del PP, en su comparecencia en la comisión de investigación de las Corts sobre la gestión en Ciegsa.

Aunque Rus nunca tuvo responsabilidad en la empresa pública responsable de construir colegios, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sitúa a Ciegsa como la «principal fuente de cobro de comisiones ilegales» para la estructura de recaudación de mordidas supuestamente creada por Rus, Caturla y sus acólitos en el PP provincial, que competía por las comisiones con la estructura regional del partido, según refleja la UCO en uno de los informes aportados a la causa. Al expresidente provincial del PP de València también se le investiga por mediar para «enchufar a cinco trabajadores» en Ciegsa. Rus negó la mayor y la menor. «Yo no pintaba nada ahí». Y negó que él fuera el destinatario del dinero que el yonqui del dinero explicaba a Caturla, en una grabación aportada a la causa. «Yo ya era rico antes de entrar en política. A los 30 tenía un Porsche, a los 35 un Ferrari y, después un Mercedes. Estaba en política porque quería. Y la UCO tendrá que demostrarlo todo. Aún estoy esperando que me digan dónde está todo el dinero que dicen que tengo escondido», defendió al tiempo que ironizaba con que «igual salgo en la lista esa de paraísos fiscales que acaba de salir».

Rus defendió su trabajo al frente de la Diputación tanto por él como por su vicepresidente, Máximo Caturla. «Fue la etapa más gloriosa y de mayor honradeza, inmejorable», defendió. «Nunca me han enseñado a robar. Sólo robaría por mi familia si estuviera muriéndose de hambre, nunca por un partido político». Sobre los zombis de Ciegsa e Imelsa se escudó en que los desconocía, aunque lanzó un torpedo a su sucesor. «El presidente de la Diputación y la directora general de Vivienda (Jorge Rodríguez y Rebeca Torró) fueron asesores de 2007 a 2011 y nunca los vi, aunque no por eso diré que fueron zombis». Fuentes de la diputación replicaron que es «lógico» que no los viera si «se dedicaba a lo que dicen los jueces».