Los diputados no prestan mucha atención a la innovación, ciencia y tecnología de acuerdo al volumen de iniciativas parlamentarias que formulan en el Parlamento autonómico. Pero los institutos tecnológicos no tienen quejas. Al contrario, por primera vez en años aseguran que están al corriente de gastos y han liquidado el grueso de las deudas que les han complicado la vida durante años.

Cristina del Campo, directora general de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit), explicó ayer que los centros vinculados a su organización, todos ellos entidades sin ánimo de lucro y dedicados a diseñar mejoras innovadoras para procesos industriales a requerimiento de pequeñas y medianas empresas, contaban con un presupuesto público que en 2010 ascendía a 47 millones de euros. Cuatro años después, a resultas de la crisis, recibían 20 millones de euros. En 2015, la dotación ascendió a 24 millones. Pero en 2018, el presupuesto previsto asciende a 38 millones. «Estamos recuperando una importante desinversión de lo público», declaró, «territorio perdido».

«Además», subrayó, «se trata de financiación de calidad, se reducen los fondos Feder procedentes de la Unión Europea cuyo uso es mucho más complicado y asciende la financiación de la Generalitat , que ha pasado de 5,5 millones de euros a 17 en apenas dos años».

Proporción mínima

Jesús Casanova, director del Centro Europeo de Empresas Innovadoras de València, en el mismo sentido, apuntó que el Consell «se ha puesto al día en los pagos», aunque sigue destinando una mínima proporción del presupuestos a la innovación, la ciencia y la tecnología en relación a otros países europeos.

Sebastián Subirats, máximo responble de Ainia, el centro tecnológico de la industria agroalimentaria, también destacó que es imprescindible reconocer del esfuerzo que ha desarrollado la Generalitat para liquidar deudas pendientes y pagar con puntualidad.