El Gobierno ha respondido al senador de Compromís Carles Mulet que «no tiene intención» de cesar al delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, tras los incidentes ocurridos en València durante el último 9 d'Octubre.

El senador presentó dos preguntas al ejecutivo, una sobre «por qué se permitió desde la Delegación de Gobierno que se profirieran gravísimos insultos y amenazas a cargos públicos durante la procesión cívica» de la diada valenciana y otra sobre si piensa el Gobierno cesar al delegado «por inútil y por dar impunidad de los grupos de extrema derecha en València», en referencia a los altercados en la manifestación de la tarde.

En relación con esta última pregunta, el Gobierno explica que el operativo de seguridad se planificó previamente. Reiteró los datos ya aportados: que por la mañana prestaron servicio 530 agentes de Policía Nacional y por la tarde 514, casi el doble que el año anterior, detalla.

Además, la Policía Local aumentó su dispositivo. Sobre la procesión cíciva, remarca que «no hubo incidentes que impidieran el recorrido, aunque sí profusión de gritos, pitidos e insultos hacia los representantes políticos».

En cuanto a la tarde, afirma que asistieron unas 700 personas, a las que se unieron otras 300 en una concentración no comunicada de CUP, Arran y Endavant, y que en los alrededores «hubo una congregación de unas 5.000-7.000 personas en defensa del valencianismo». Se produjeron «conatos de enfrentamientos», reitera.