El anuncio de la regidora de Urbanismo de Xàtiva de que los propietarios del PAI Cànyoles verán reducido el IBI que abonan por sus parcelas hasta un 94% en 2017 ha levantado suspicacias entre los técnicos municipales, que ponen en duda que esta rebaja pueda hacerse extensible en esa magnitud a todos los afectados, dados los numerosos condicionantes existentes con la actual normativa. La idea del consistorio es impulsar modificaciones puntuales del PGOU, desprogramar cada sector y revertir el suelo, aunque en algunos casos difícilmente el mismo volverá a su estado original de rústico y podría quedar catalogado como urbano no programado. En todo caso, se está a la espera de una serie de cambios en la regulación autonómica.