Que la felicidad nunca es completa, es una evidencia. Una medida plausible aprobada por las Corts Valencianes con el punto de mira, referencia o como se le quiera llamar, puesto en Ontinyent, «la reforma de la ley urbanística da un plazo de dos años para regularizar las casas ilegales», con importantes «bonificaciones de las multas a quién tramite un plan parcial», según informaba este diario el pasado lunes, a la postre ha levantado discrepancias. Y es que, seguramente les faltó generosidad, al gobierno de Jorge Rodríguez, a la hora de anunciar la buena nueva y sacar pecho. Por ello, no ha de extrañar que desde Compromís por Ontinyent hayan sacado a la palestra el ninguneo del que dicen han sido objeto, a la hora de las mieles. Por tal motivo, hacen constar la pila de hombros que arrimaron para que este tema candente obtuviera una solución lo más ecuánime posible. Ya que la solución que se ha arbitrado no es, enfatizan, ninguna sorpresa, sino que responde a un trabajo conjunto, lo cual es de creer. Por ello, se han sentido ignorados al no recibir ni las gracias, ni la propina. Las 6.000 viviendas del diseminado ontinyentí no son una nadería, había que tomar medidas, y así se ha hecho. Las palabras de Rebeca Torró «yo no tengo expedientes, tengo caras y familias que, en muchos casos, se trata de su casa habitual», son irrefutables y atañen a la vida de las personas.
Actividad económica. Como informaba Levante EMV, «115 negocios abrieron en Ontinyent» durante 2015, aflora una noticia positiva, indicadora que las buenas vibraciones empiezan a transitar la ciudad. Sin embargo, esta información cobra valor de excelencia al contraponerse al número de bajas tramitadas en el mismo periodo, 5, que a mayor abundancia procedían del ejercicio anterior, según fuentes municipales. Y aunque se han registrado 35 casos de traspasos de titularidad, también es cierto que ni las expectativas ni las esperanzas económicas decaen. De cara a este ejercicio, cabe sumar el alcance que tengan los efectos colaterales, al menos en el comercio y la hostelería, del cambio de titularidad, así como las nuevas estrategias que aplique el Centro Comercial El Teler. A todo este buen panorama se suma el III Pla Reactiva, destinado a «fomentar el empleo y la economía local».
No es habitual que un colegio ontinyentí sea noticia y menos que reciba un premio internacional por un trabajo. Por eso, que un recetario de dulces haya recibido un premio internacional sobre libros culinarios (Dolços del món a l'escola), en base a la obra realizada por el CEIP Rafael Juan Vidal, es una nueva que sabe a dulce sobre dulce.
Conflicto con mal olor. Se mire por donde se mire el asunto de la planta de residuos de animales para la Pobla del Duc huele mal. No se entiende bien que pese a la oposición de PSOE y Compromís en la Vall, partidos que gobiernan en la Gerneralitat, el problema aún no esté resuelto y se tenga que recurrir a manifestaciones, como aconteció el domingo pasado. Teniendo en cuenta que el tema es competencia de la Conselleria de Medi Ambient, gestionada por Compromís, y que en la marcha citada participó Julià Alvaro, actual secretario autonómico de Medi Ambient, cabe preguntarse ¿entonces a quién compete deshacer este entuerto?
