Una estación de trenes abandonada y en ruinas y otra inacabada. La estampa con la que conviven los vecinos de Vallada contrasta con la ausencia de un servicio de cercanías que fue suprimido hace siete años por las obras del AVE. La población dispone de un apeadero de cuyo aparcamiento parten los autobuses fletados por Renfe a diario para recoger a los pasajeros de las paradas por las que no pasa el tren (Moixent, Vallada y Montesa) y conducirlos hasta la estación más próxima en funcionamiento, en l'Alcúdia de Crespins. «Si hubieran dejado la anterior estación en funcionamiento hubiéramos salido ganando y Adif se hubiera ahorrado muchísimo dinero». La alcaldesa de Vallada, Mª José Tortosa, clama contra la tardanza del Ministerio de Fomento en restablecer la línea y en cumplir con la promesa de completar la nueva estación. «Hace un año me contestaron que primero tenían que solucionar la problemática de l'Alcúdia de Crespins», un punto clave en el trazado donde ahora se están retomando la obras a paso lento.

«Estamos bastante desatendidos. Hasta el hecho de que se funda una bombilla representa un problema, porque no te dejan cambiarla: tienes que mandar un escrito a Madrid y es un trastorno», censura Tortosa. El apeadero, por si fuera poco, se halla a 2,7 kilómetros del núcleo urbano de Vallada. «La gente sin coche no tiene posibilidades de desplazarse», abunda la alcaldesa. La localidad está a la espera de recuperar una línea subvencionada de autobús regular suspendida por la concesionaria, pero la demora de la conselleria en resolver la situación comienza a ser desesperante. La compañía que expota el servicio solo realiza un viaje de ida y vuelta al día y hay muchos problemas para cuadrar este trayecto con los buses que transportan a los pasajeros del tren. «Hay quien para volver de Alzira a Vallada ha tardado cinco horas. Una consulta médica te puede suponer perder toda la mañana y no volver a casa hasta la tarde. Estamos prácticamente aislados», remarca Tortosa.

«No podemos seguir así: no es propio del siglo XXI. Estamos hartos y no vamos a parar hasta que nos den el servicio que merecemos», insiste la alcaldesa, que celebra el frente de unidad creado para reivindicar la línea de tren. «No es lo mismo que vaya un alcalde a Madrid solo que vayamos 4 con el apoyo de muchas familias que han firmado para recuperar el trayecto», observa. «Nos tienen que escuchar e invertir lo que toca. Esto es como el pez que se muerde la cola: si no dan un buen servicio es normal que el número de usuarios sea bajo», apostilla Tortosa.