Se acercan fechas muy significativas para dos emblemas del patrimonio de Xàtiva y los recientes daños que sufren ambos siguen sin resolverse. En menos de dos semanas la ciudad festeja a Sant Feliu y a la Mare de Déu de la Seu, los días 1 y 5 de agosto. Y en la Colegiata todavía no se han acometido las obras de reparación del boquete originado en la bóveda de la capilla de la Comunión, el pasado mes de marzo. Mientras que en la ermita de Sant Feliu, el retablo del siglo XV restaurado entre 2003 y 2005 todavía no ha sido intervenido. En 2015 los fieles detectaron que una de las tablas presentaba un preocupante aspecto: una especie de moho blanquecino se apoderaba de la superficie.

Desde el Ayuntamiento de Xàtiva, su edil de Patrimonio Histórico, Jordi Estellés, lamenta que ambos casos siguieran sin resolverse pese a que en los dos se alertó rápidamente a la dirección general de Patrimonio del gobierno autonómico, según ha recordado. «Hay además un informe municipal de 2015 „siguió explicando Estellés „ en el que pedíamos que se actuara lo mas rápidamente posible. Vinieron, comprobaron el estado del retablo, dijeron que se tenía que restaurar... Pero esta es la hora en que no nos han comunicado nada todavía», indicó.

Sobre la Seu, el regidor admitió que desconocía cuándo iba a producirse la reparación del desprendimiento. Dijo que la parroquia debía solicitar a Patrimonio una autorización para actuar lo más urgentemente posible, pero les pidieron un proyecto de intervención. «Y lo último que sé es que ese proyecto se había solicitado a un técnico», señaló ayer, por lo que si la intervención se estaba demorando era ya por la inacción de los responsables de Patrimonio.

Antes de que llegue el otoño

El desprendimiento de un fragmento de la techumbre de la Seu y el gran orificio a cielo abierto que existe desde que ello sucedió puede ser un peligro si no se repara antes del otoño, cuando tienen lugar episodios de lluvia intensos por gota fría. Por lo que respecta al retablo de Sant Feliu, una de las mayores joyas del patrimonio de Xàtiva cuya restauración costó unos 300.000 euros, en la festividad del patrón de Xàtiva del año 2015 los fieles pudieron detectar que en la tabla superior central, la que muestra a Cristo crucificado, aparecieron unas veladuras blancas. Esa especie de moho blanco, sin duda debido al exceso de humedad y a que el templo carece de medidas correctoras para el intenso calor, se expandió notablemente al año siguiente. Con motivo de la apertura al público de la ermita el próximo 1 de agosto, los numerosos fieles que acuden ese día a la misa matinal en honor al patrón de Xàtiva tendrán oportunidad de comprobar el avance de las manchas. Un testimonio al que ha tenido acceso este diario asegura que las manchas han crecido, pero las dimensiones de la expansión de las mismas no se puede cuantificar de manera concreta.