esta semana, en la que han comenzado a conocerse las escandalosas conclusiones de la fiscal por el juicio de la Gürtel, donde ha quedado demostrado que el PP se financiaba de la corrupción a través de una caja B, en la Vall también han empezado a notarse salpicaduras. Así, el pasado miércoles este diario informaba que el Tribunal de Cuentas cita al ex alcalde Barranca (PP) por perdonar impuestos a un bar. Concretamente se trataría de «la compensación de 17.500 euros de deuda autorizada tres días antes del cambio de gobierno en Castelló de Rugat». También era noticia, el pasado lunes, que cuatro cargos municipales del PP en Benigànim, en el cuatrienio anterior, habrían utilizado los móviles del consisotrio de manera indebida. Los imputados han asegurando «que todo lo que aparece en las facturas es un error de la propia Vodafone». Lo cierto es que el Juzgado de Ontinyent, donde se dirime el asunto, estimó que había «motivos suficientes para iniciar un proceso judicial».

Al margen de cómo se sentencien estos asuntos, en realidad menores respecto a otros que atañen al corrompido nombre del PP, cabe mostrar la extrañeza de lo que sucede en Albaida. Máxime después de más de seis años del cambio de gobierno en su ayuntamiento. Ya que una sombra de silencio y desconcierto parecen haber borrado del mapa las indecentes acusaciones que se cernían sobre el ex alcalde del PP, Juan José Beneyto, por haber elevado arbitrariamente y sin límite la deuda del consistorio, con la complicidad de la empresa municipal Gestiona. De forma ruinosa, aquello provocó la intervención del Ministerio de Hacienda. Y por ello, el actual alcalde, Josep A. Albert (Compromís), no ha podido aprobar su primer presupuesto municipal hasta el pasado mes de julio; el primero en ocho años. Por eso, Albert ya tarda en informar a la población del proceso judicial contra quien, tan frívolamente, dilapidó el erario público y sometió a la ruina al ayuntamiento.

Gironés sentó cátedra. El concierto de Miquel Gironés en el teatro Echegaray de la ontinyentina plaza de Santo Domingo, donde creció familiarmente, llenó el recinto para despedirde su Xiromita Trade Project. El recital, además de emotivo e intenso, tuvo a unos músicos entregados y felices. Fue de enmarcar; de los que sientan cátedra. Era otro adiós, como aquel que protagonizó el ontinyentí con Obrint Pas, en el mismo escenario. Gironés ( xirimita y dolçaina) contó para tan majestuosa ocasión, en la tarde del pasado sábado, con las voces de Rafa Arnal y Miquel Gil, además de las de otras amistades ontinyentinas, arropado por músicos de gran nivel. Fue una velada de sonoridades desnudas. Curtidas en tierras de secano.

Preguntas. ¿Por qué el gobierno municipal de Ontinyent no incentiva a la empresa instaladora de la fibra óptica con el fin de terminar con la discriminación que sufren los usuarios de internet de los barrios de Sant Rafel y el Llombo? Ya que mientras en el resto de la ciudad pueden navegar a 300 megas, en los citados barrios, como mucho, pueden llegar a los 15. De las subvenciones en 2016 destaca la del Ontinyent CF, con 40.000 euros. Compete saber ¿Se va a mantener, disminuir o anular dicha suma? Sobre todo a raíz de haber sido adquirido el club por un millonario australiano. ¿El gobierno de Rodríguez no se sonroja ante el anuncio de que en las subvenciones del área de Cultura en 2016, a 37 entidades culturales, la mayor tajada se la llevan dos iconos de la cultura local, como Festers y la Associació de la Puríssima?