Cuando un matrimonio se rompe, cada cónyuge culpa al otro de la catástrofe y encuentra en sus familiares un bálsamo para curarse las heridas. Algo así ocurre con la traumática separación de Compromís y el PSPV en l'Olleria. La dirección comarcal socialista de la Vall d'Albaida ha arropado a su portavoz local, Héctor Such, después de que el alcalde, Julià Engo (Compromís), lo haya cesado de sus competencias de gobierno (junto a otro edil del mismo partido) por amenazarle físicamente en una sesión del ejecutivo y por brindar al PP su apoyo para recortar las facultades de la junta de gobierno, donde los valencianistas tienen mayoría. Dos situaciones «límite» difíciles de digerir.

Como respuesta a la expulsión, que Engo razonó ayer en estas mismas páginas, el PSPV incide en el «fondo político» del conflicto y culpa a Compromís de «montar este lío para que Such no sea alcalde»: «El pacto de gobierno establecía que se estudiaría traspasar la vara de mando al portavoz socialista en el último año de mandato y no han cumplido», sostiene Jordi Vila, secretario de organización comarcal del PSPV. El también alcalde del Palomar asegura sentirse «dolido» y «triste» por una decisión que ve «difícil de entender» y «excesiva». En cualquier caso, cree que la situación todavía se puede reconducir: «Si Compromís es capaz de poner fecha al relevo en la vara de mando, se acaba el problema», sentencia.

Vila incluso se ofrece a ejercer de mediador para apaciguar los ánimos, porque «hace falta hacer un esfuerzo para encontrar un entendimiento». «Tal como están actuando las dos partes, este clima de crispación solo puede llevar a que el PP tenga mayoría absoluta en las próximas elecciones. Si se monta un circo, la gente se irá al partido que no se pelea: están haciendo un flaco favor al futuro de l'Olleria», advierte. Tras la expulsión del PSPV, Compromís se ha quedado en un escenario de clara minoría que complica mucho la gobernabilidad, con cinco concejales frente a los 6 del PP y los 2 del PSPV. Vila ve «egoísta» e «irresponsable» la actitud de la coalición, a la que reprocha que «no ha querido negociar el relevo en la alcaldía como se ha hecho en muchas poblaciones» donde gobiernan los dos partidos. «El PSPV ha cumplido haciendo a Engo alcalde. Han pasado tres años y le toca a Such», opina el dirigente.

Engo recalca que el pacto de gobierno no especificaba que el portavoz socialista sería alcalde en 2018, sino que el PSPV podría demandar esta posibilidad para iniciarse un proceso de diálogo que revisara el acuerdo. Sin embargo, el alcalde acusa a sus exsocios de preferir ir «de la mano del PP» en los plenos y de haberse «autoexcluido del gobierno» pactando con los populares «una reorganización del ayuntamiento».

Vila llama a encontrar un «equilibrio de convivencia» y a dejar las banderas para buscar el consenso, «aunque haya que rebajarse y ceder». La desconfianza mutua y los enfrentamientos a nivel personal entre los dos portavoces, sin embargo, ponen muy difícil el arreglo. Sobre las amenazas que recibió Engo, Vila señala que Such ha reconocido su error» y afirma que previamente el alcalde lo había increpado. El secretario de organización socialista habló con Engo y le pidió que meditara la decisión porque, a su juicio, «el tiempo lo cura todo».

Los socialistas también argumentan que, cuando estaban en el gobierno, sus socios les ocultaban información y entorpecían su gestión, a tiempo que sus partidas menguaban en los presupuestos, reproches que la coalición rechaza. «Compromís quiere estar en minoría, pero lo que va a hacer esta situación es crispar el día a día de l'Olleria. El PP se está frotando las manos», concluye Vila.

«Se han autoexcluido»

La definitiva ruptura del bipartito se observa con preocupación desde los órganos de dirección de ambos partidos, que gobiernan al alimón en medio centenar de ayuntamientos y en el Consell. Ambas fuerzas políticas se acusan mutuamente de la desfeta, después de una escalada de tensión muy poco edificante que ha terminado derivando en posiciones irreconciliables, cruces de insultos y amenazas. Cada socio reprocha al otro que sus acciones iban, desde el principio, encaminadas a forzar la ruptura de un acuerdo que el PSPV ya dio por liquidado en enero de este año, aunque sus regidores mantuvieron sus delegaciones hasta ahora. El enfrentamiento se encontraba enquistado.

La organización comarcal de Compromís también ha manifestado su total respaldo a la coalición de l'Olleria y al alcalde, «un equipo honesto, trabajador y comprometido con el bienestar se sus vecinos» que «seguirá trabajando día a día por el futuro de su pueblo». Engo manifestó el jueves que no podía compartir el ejecutivo con quien amenaza físicamente con pegarle en un órgano colegiado y dijo que Such «ha sobrepasado todos los límites». En esta tesitura, parece complicado que ambas partes puedan reencontrarse y se abre paso a la incertidumbre.