Pide acabar con las «familias» y las disputas internas. ¿El cainismo es consustancial al PSPV?

Creo que es uno de los grandes errores que hemos cometido en este partido y por eso siempre digo que las primarias comienzan y acaban el día en que se hacen. Cuando un candidato es elegido secretario general, lo es de todos y ya no tiene sentido seguir tomando partido por uno u otro o que haya familias. Tenemos que trabajar juntos para ser más potentes y efectivos en nuestro trabajo, que no es otro que la transformación de la realidad y de la sociedad.

Es evidente que la fractura interna tras la marcha de Pedro Sánchez obligó a tomar partido y usted se mantuvo fiel a Ximo Puig. ¿Se arrepiente de haber dado su apoyo a Susana Díaz?

No, porque en su momento lo hice convencido. Me equivoqué porque la mayoría opinó una cosa diferente, pero ese proceso terminó y ahora lo que corresponde es que el secretario general haga su trabajo. No podemos permanecer anclados en el pasado, repitiendo una primera vuelta de las primarias, luego una segunda y que no termine nunca. En el provincial, muchos militantes y el propio Ximo Puig hicieron un ejercicio de responsabilidad y entendieron que no era momento de plantear batallas internas sino de cerrar esta situación. Por eso, Jorge Rodríguez no se presentó como candidato. Creo que ese ejemplo que se dio por parte de muchos militantes tiene que servir para el conjunto de la organización. Hay momentos en que es más importante el acuerdo y el trabajar juntos que la confrontación por la confrontación.

¿Quién estará en su ejecutiva?

Toda aquella persona que tenga voluntad de trabajar por el futuro de la comarca y por el conjunto de la organización tendrá cabida: no habrá ningún problema. Nunca me ha gustado hacer política desde el rencor, sino con alegría. Necesitamos a gente con ganas, que esté no por estar, sino porque quiere que seamos la primera fuerza.