Alfons Garcia, Valencia

- Sus últimas esculturas son como arquitecturas soñadas. ¿Iba para arquitecto?

- Tal vez mi ilusión era ser pintor, porque estudié pintura en la Academia de Bellas Artes, aunque lo hago, sigo pintando. Además yo incluyo la pintura en la escultura, donde los materiales y el color son muy importantes. La arquitectura es más neutra.

- ¿Pero le gusta la arquitectura que ve?

- No mucho. Alguna cosaÉ Una esquina, de pronto, en el barrio del Carmen de Valencia, que ves que no desentona con el entorno y a la que el arquitecto le ha sacado la esencia. Pero lo dominante no es eso. Hay más medios y la arquitectura se hace mucho mejor ahora, pero uno no disfruta demasiado.

- Hay más esencialismo también en su obra actual. ¿Todo es más simple con el paso del tiempo?

- Es aquello de que "menos es más". Uno va eliminando y quedándose con la esencia: la forma más pura, el color más puro, los mínimos elementosÉ y que la obra diga mucho. Es lo complicado. Y es el reto del artista.

- Usted no es profeta en su tierra. ¿Cuál es el problema?

- No lo sé. Yo me encierro en el estudio y trabajo, nada más. Ni me dedico a las relaciones públicas ni me muevo a nivel político. Si me llaman, expongo y ya está. Es cierto que la mayoría de exposiciones las he hecho fuera. De todas maneras, he podido conocer a ceramistas de todo el mundo.

- Vende bien en Alemania y en Japón, pero aquí noÉ

- Vender arte es complicado y cerámica, aún más. Donde más salida tengo es en Alemania y Suiza; también Francia, Japón, Corea del SurÉ

- ¿Su manera de entender el arte choca con el barroquismo consustancial valenciano?

-Esa es una apreciación general. Valencia, sí, es barroca, pero también hay cosas más elementales y exquisitas. Las Torres de Serranos, por ejemplo, o la Lonja, con un espacio interior maravilloso. Cuando viene alguien de fuera, lo llevo y le digo: Ahora entra y disfruta.

- ¿El artista del siglo XXI ha de ser experto en relaciones públicas?

- Las relaciones públicas -y también las políticas- son importantes, pero si te dedicas mucho a ello no trabajas. Y yo prefiero más trabajar, el taller. Soy un artista un poco ermitaño, me gusta estar en el taller.

- El comisario de la exposición, Román de la Calle, habló de la miopía de algunos directores de museos por no tener sus piezas. ¿Lo comparte?

- Yo estoy encantado de tenerlas en algún sitio. Ha habido algún intento con museos, pero siempre se han frustrado.

- Incluso con el IVAMÉ

- Con el IVAM hubo conversaciones, pero no avanzaron.

- ¿Cuestiones económicas?

- No, porque mis obras no valen montañas de millones. Tampoco creo que fuera por cuestiones políticas. No sé.

?- Diez años sin exponer en Valencia. ¿Demasiado tiempo?

- La exposición entonces en la Beneficencia fue muy importante. Después he expuesto en alguna galería privada (Leonarte), donde hay unos pintores con una sensibilidad parecida.

- Un minimalistaÉ

- [Interrumpe] No exactamente. El minimalismo es muy industrial, frío, y a mí me gusta que los materiales tengan calidez.

- Le decía que un minimalista en la huerta de Alboraia no encaja demasiado, aunque tal vez es sólo un prejuicio másÉ

- A veces las alquerías son tan elementales y bien hechasÉ Igual que la geometría del campo; es maravillosa. Vivo en un quinto piso, veo la huerta delante, los caballones rectosÉ Hacen obras de arte.

- ¿Le preocupa su destrucción?

- Muchísimo. Veo lo que están haciendo en la Malvarrosa y Alboraia y es la invasión absoluta. Puede convertirse en una barrera de cemento hasta Sagunt,

- Es el progresoÉ

- Yo no quiero un progreso así. Prefiero quedarme en una alquería pequeña.

- Justifique su pasión por la cerámica.

- Surgió de manera accidental. Acabé los estudios, no tenía trabajo y mi padre tenía relación con profesores de Manises. Empecé a meterme, a ver la cerámica de Paterna, los socarrats, la japonesa de los siglos XVI y XVIIÉ

- ¿Ha influido esta elección por la escultura cerámica en su reconocimiento social?

- Es cierto que la cerámica no tiene un cartel demasiado bueno en los medios. Muchas galerías dicen que no a la escultura cerámica cuando hoy se hacen esculturas con cualquier cosa. Es un prejuicio de tradición, porque se ve como algo funcional, pero las piezas que hago no tienen nada que ver con la cerámica tradicional. Además, los griegos ya hacían escultura cerámica. Y en OrienteÉ ahí están los guerreros de Xian.

- ¿Cuándo piensa mostrar sus cuadros?

- Alguna cosa se ha visto en Leonarte. Pero no me preocupa. Yo voy haciendo y los voy almacenando. Tengo bastantes.

- ¿Su dedicación a la docencia le puede haber restado esfuerzo artístico?

- Una de las cosas más importantes que dejaré en mi vida es la enseñanza. He impulsado a muchos jóvenes al terreno de la cerámica y le he dedicado media vida. Pero la otra mitad la he pasado en el taller: de 8 de la mañana al mediodía, sábados incluidos.

- ¿Cómo se plantea el futuro?

- No espero nada. Yo sólo trabajo. La obra quedará y que hagan lo que quieran con ella. Ese será un problema para los hijos.