Que nadie lance las campanas al vuelo. Los valencianos somos, tras andaluces y baleares, los que menos visitamos las bibliotecas. En 2008 lo hicimos, de media, 3,6 veces al año según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto hace que no le saquemos mucho jugo a este servicio cultural, ya que también somos los quintos por la cola en prestamos domiciliarios con 1,2 por cabeza y año (ver cuadro). Sin embargo, no todo son malas noticias. Las estadísticas del INE muestran esperanzadores brotes verdes en el yermo de la lectura de la Comunitat Valenciana, donde sólo el 38% de sus habitantes confiesa que le libros en su tiempo libre al menos una o dos veces por semana.

El primero de ellos es que las 624 bibliotecas valencianas han aumentado casi un 23% su número de usuarios inscritos entre 2006 y 2008. Este crecimiento dobla el incremento registrado en España, que ha sido del 10%, y es el cuarto más alto tras Castilla-La Mancha (40%), Extremadura (33%) y Madrid (25%).

El año pasado las bibliotecas de la Comunitat sumaban 1.470.678 usuarios, 272.880 más que 48 meses antes. Esta variación al alza ha elevado también el porcentaje de población usuaria de bibliotecas hasta más del 29% del total de habitantes de la C. Valenciana frente al 25% de 2006. No obstante, la alegría del dato positivo se desvanece cuando se descubre que más de la mitad de la población de Castilla-La Mancha, Cataluña y Castilla-León tienen carné de biblioteca, al igual que el 36% de los españoles.

La cifra de visitantes se estanca

Tampoco reconforta saber que el número de visitantes a las bibliotecas apenas ha crecido un 1% en la Comunitat Valenciana, cuando en el resto del país ha aumentado un 5%. El año pasado las bibliotecas valencianas recibieron 17.895.571 visitantes, 197.428 más que en 2006. Esto supone que cada vecino de los 542 municipios que hay entre Vinaròs y Pilar de la Horadada acudió a una biblioteca una media de 3,6 veces año.

Esta frecuencia, que es menos de la mitad de la de Navarra -donde cada habitante va 7,8 veces al año a la biblioteca-, ha disminuido levemente con respecto a la de 2006, que fue de 3,8 visitas por habitante debido a que la población ha crecido más que el uso de este servicio cultural.

Pese a todo, que no cunda el pánico, los que van a las bibliotecas las han aprovechado de verdad. Los préstamos domiciliarios se han elevado un 20% con respecto a 2006. Ha sido el tercer aumento más significativo (gráfico superior) tras los de La Rioja y Navarra. Además, las bibliotecas valencianas han ganado 85.000 usuarios infantiles, que se han incrementado en un 35% y ya suman 327.519.

Este aumento, sólo superado por Madrid, Canarias y La Mancha, multiplica por cuatro al registrado en el bienio 2006-2004. Éste si que es un brote verde de verdad.