«El congelador»

teatre talía (valencia)

De Abel Zamora. Int: Sergio Caballero, Abel Zamora. Escenografía y vestuario: Joan Miquel Reig. Ilum.: Pau Ayet. Dir.: Sergio Caballero. Prod.: Oscura Teatro.

Está bien que todo el mundo quiera escribir teatro. Para ello está el papel. El escenario debiera de ser otra cosa. Al escenario, dado el esfuerzo que supone, en todos los sentidos, sólo tendría que llegar lo muy seleccionado. Y cuando uno logra producir su propia obra, y hasta interpretarla, indudablemente no hay selección, sólo creencia en la misma. La idea de esta pieza, de Abel Zamora, ha consistido en dejar encerrados a dos personajes en un congelador de una carnicería, y con una premeditada y complicada salida. La cuestión es provocar una relación enredada en unos instantes límite, donde irán apareciendo miedos, secretos, rabia, y se mezclará el pasado con las relaciones de ambos (hermanos), mientras el frío hace mella. Pero, a los pocos segundos de su inicio, la obra pide una pregunta: ¿cómo habrá resuelto el autor una idea estática que cuenta, a priori, con tan pocas posibilidades?

Enseguida te das cuenta de que el texto se la juega en el perfil de los personajes, y en la capacidad del autor como dialoguista, aparte del ingenio de dar a luz situaciones imprevistas. Ninguna de estas características es especialmente reseñable. De entrada, la situación límite tarda en perfilarse y la credibilidad cuesta de entrar. Además, los personajes nos llegan por su fragilidad, pero no terminan de atraer. Algo más sus pensamientos que sus recuerdos. Por otro lado, el único momento de ficción que irrumpe en la tibia realidad, sólo sirve para realizar un ameno número musical. ¿Por qué no se ha buscado más situaciones soñadas? La dirección de Sergio Caballero busca más la efectividad que la innovación, pero no pasa de correcta. Helada. Se nota, por la escenografía, que el montaje está pensado para espacios más íntimos que un escenario a la italiana. Y sí, hay dos buenos actores en escena (Caballero lo es más cuando lo dirigen desde fuera), algunas réplicas ingeniosas, momentos que se siguen bien, el señalado número, los fundidos en negro, algún tono irónico, la idea de descongelar los sentimientos…