La legendaria banda de rock duro Deep Purple no está de retirada. Al contrario, de vuelta. Lo está desde hace unos años. Poco a poco. Si hace algo más de un año eran los invitados en Valencia a una concentración de motoristas y cuya actuación pasó casi bien desapercibida, el domingo regresaban para reencontrarse en Viveros, eso sí, con verdaderos fans.

Han pasado más de cuarenta años y aunque los años no perdonan siguen incombustibles a ese rock duro que ellos mismo casi inventaron. Dos únicos conciertos en España tenían concertados. El anterior fue en Córdoba.

Para unos, Deep Purple son como el vino, para otros, los años no perdonan, aunque su cantante Ian Gillan, que a punto de cumplir los 65 años, se esmere en alcanzar los tonos que le hicieron popular.

Y es que, pese a todo, más de cien millones de discos vendidos en todo el mundo les contemplan y el recuerdo de los centenares de fans que se sumaron a un reencuentro este domingo donde ese rock progresivo que les situó en la cima junto a Led Zeppelin, Yes o Jethro Tull se mantiene incandescente.

Aunque desde 2005 la banda no ha editado ningún disco- el último fue Rapture of the deep- tampoco es necesario. Su repertorio sobra porque ahí está la historia del rock y se mantiene poderoso pese al paso del tiempo.

Con una puesta en escena sencilla, Ian Gillan (voz), Ian Paice (batería), Roger Glover (bajo), Steve Morse (guitarra) y Don Airey (teclados) revisaron viejos éxitos como Highway Star, toda una declaración de intenciones junto a otros clásicos como Strange kind of woman, Black night, Lazy Space Trucking

Fundado en 1968 por Jon Lord, Ritchie Blackmore, Nick Simper, Rod Evans y Ian Paice ya sólo queda el batería Ian Paice. Blackmore y Jon Lord han sido reemplazados por el ex miembro de Kansas, Steve Morse, y el curtido Don Airey. Da lo mismo: Deep Purple está vivo.