Tiene una trayectoria de se-riedad incuestionable, está bien dotado económicamente -en poesía, ningún otro lo supera- y la obra ganadora la publica una editorial potente (Bromera). ¿Qué más se puede pedir? Se diría que cualquier aspirante a la gloria literaria en valenciano lo tiene en mayúsculas en su agenda. Sin embargo, las cifras dicen que no es así. El histórico Premi València, convocado por la Institució Alfons el Magnànim (Diputación de Valencia), ha visto este año como los inscritos en la modalidad de poesía en lengua propia han sido sólo 17, menos de la mitad que en 2010 (38). En narrativa en valenciano -se entrega en años impares; los pares son para novela en castellano- ha sucedido algo similar: han sido sólo diez, frente a los 16 de 2009. Es curioso, pero el fenómeno no se ha dado en la poesía en castellano: se han recibido 178 obras este año (23 más que en 2010).

El director de la Institució Alfons el Magnànim (IAM), Ricard Bellveser, asegura que también ha sido "una sorpresa" para él la escasa nómina de aspirantes de 2011, cuando la dotación económica -30.000 euros en narrativa y 15.000 para cada uno de los premios de poesía- es "una barbaridad". Ahora que por la crisis se edita menos "debería ser un año de más inscritos", peroÉ

A la hora de buscar causas, Bellveser aventura el veto al envío electrónico de obras, algo que se está intentando modificar.

Joan Carles Girbés, director de publicaciones de Bromera, reconoce que se trata del año de "cosecha" más corta en la última década, pero resta importancia al hecho. "Es cierto que con la crisis, lo lógico es que fuera un año de alta participación, pero en los premios literarios pasan a veces estas cosas", afirma a Levante-EMV.

La promoción y la publicidad de los galardones ha sido la misma que en otras ediciones, agrega el responsable editorial, quien en todo caso cree que la calidad cuenta más: "Que se presenten muchos aspirantes anima, pero interesa más la calidad, que lleguen buenas obras. Con una buena nos conformamos". Y, como miembro del jurado, Girbés se atreve a avanzar que, por lo que ha leído en narrativa, el Premi València "no quedará desierto". Hay más de una novela candidata entre las recibidas, afirma.

El profesor y escritor Josep Ballester recuerda que en todo el ámbito lingüístico catalán no hay otro premio de poesía con más dotación. Si hay dinero, reputación y una editorial seria detrás, ¿qué pasa? Para Ballester, no hay suficiente publicidad. Las fechas tampoco ayudan, añade, porque la entrega concluye en julio mientras que el plazo en la mayoría de premios es hasta septiembre.