Hace un par de años, cuando ya trabajaba en Estados Unidos, Ramón Tébar nos decía que la crisis se notaba por aquellas latitudes, que la oferta musical se hallaba en el camino del recorte. No obstante, supongo que, a estas alturas de la era Crisis Permanente, las cosas han cambiado o, por lo menos, son afortunadamente diferentes para nuestro músico.

«Estuve en L´Eliana hace quince días —me dice en un correo electrónico recibido este fin de semana— para dejar la casa en la que vivía hasta ahora, pues ya no voy por España para casi nada. De momento, la música me llama afuera».

Parece que es el destino de nuestros jóvenes: trabajar en el extranjero. Pero para ello hay que contar con una buena preparación que permita aprovechar las posibilidades que se presenten. Ramón, que el pasado día 6 cumplió 33 años de edad, es un magnífico ejemplo de lo que digo.

«Ahora mismo —seguimos con el e-mail— me encuentro en New York, aunque la semana que viene vuelvo a Miami para empezar allí mi primera temporada como director musical con Florida Grand Opera». Y, a continuación, escribe: «Me acaban de nombrar director asociado del Festival de Música de Santo Domingo en República Dominicana. Así que ya soy responsable de tres instituciones en América: director musical de Florida Grand Opera y de Palm Beach Symphony y director asociado del Festival de Música de Santo Domingo, lo que significa que soy director de una opera, una orquesta sinfónica y de un festival».

Desde que se iniciara, en 1995, el Festival de Santo Domingo se ha celebrado durante la segunda quincena del mes de marzo en los años impares, en la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito, con la dirección artística de Philippe Entremont.

Ramón tiene otra buena nueva de la cual darnos cuenta: «Plácido Domingo me acaba de invitar a dirigirlo en un concierto, que tendrá lugar el 4 de diciembre, precisamente en Santo Domingo».

Siempre me alegra saber de nuestro director de orquesta, cuyo crecimiento artístico vengo contemplando con interés y alegría. Tal vez, como decía al principio, el futuro de buena parte de nuestros jóvenes, en estos tiempos lamentables, esté en buscarse la vida en el exterior. Lo que parece claro es que a Ramón Tébar la llamada de la música la está teniendo en tierras americanas. ¿Será éste un caso más de la fuga de cerebros? Sí, será un caso más que evidencia la impotencia española para brindar más y mejores oportunidades a una juventud preparada que no puede quedarse de brazos cruzados.

RAFA.PRATS@telefonica.net