El paisajista siempre inventa y su invención suele estar influida por lo que observa a su alrededor.

«La atmósfera volcánica que envuelve la Comunitat Valenciana desde hace días dejaría boquiabierto al célebre pintor inglés William Turner, quien en el siglo XIX escenificó en sus cuadros la mezcla de brumas y cenizas de la que quedó teñido el aire durante los años posteriores a la erupción del volcán Tambora, en la isla indonesia de Sumbawa, en 1815, una de las más violentas de todos los tiempos». Esta acertada observación la hacía Vicente Aupí en estas páginas, poco después de los incendios registrados este verano en la provincia de Valencia.

«Anoche te echamos de menos en la inauguración, pero todo salió bien». El mensaje me lo envió Fernando López el viernes y se refería a la exposición «Contra el paisaje», una colectiva en la que siete creadores (Alo, Arake, Celso Moya, Sebastián Navalón, Hernán Talavera, Miguel Souto y el propio Fernando) se enfrentan al paisajismo desde la pintura, la escultura, la fotografía, el vídeo o la instalación. La muestra ha sido presentada en el Centro Cultural de La Asunción, en Albacete, ciudad donde viven y trabajan estos artistas, y permanecerá abierta hasta el 5 de octubre. Nace con voluntad de itinerancia, por lo que parece probable que, más adelante, pueda verse en Valencia.

El paisaje, como género artístico, es un buen pretexto para contemplar el panorama que nos están imponiendo de un tiempo a esta parte. Una contemplación que aquí se hace plural con las seis miradas que conforman el proyecto. Cada uno de los autores nos presenta su visión particular en un escenario que se hace poliédrico, compuesto por heterogéneas facetas capaces de originar lecturas diferentes de un universo común: el paisaje entendido como una realidad nada halagüeña que afecta directamente a nuestras vidas. «Contra el paisaje» en un doble sentido: como diferenciador de lo que se ha venido entendiendo tradicionalmente como pintura de paisaje y como reflexión sociológica, dos condiciones imprescindibles en tiempos de «necesarios cambios».

Tal condicionamiento conduce al creador hacia una interpretación singular del entorno, donde tanto cuenta la Naturaleza como otros acentos, justificados por las circunstancias sociales en las que nos hallamos. Recuérdese la actuación contra la dictadura realizada por Estampa Popular, aquellos artistas que, hace medio siglo, llevaron a cabo en España una obra con la que pusieron de relieve que no les gustaba el paisaje en el que se hallaban ubicados.

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