Helena Bonet Rosado

Dir. del Museo de Prehistoria de valencia

Domingo Fletcher protagonizó uno de los periodos más fructíferos para el Museu de Prehistòria de València, institución que dirigió entre 1950 y 1982. Su labor y la de sus colaboradores se tradujo en la consolidación del Servicio de Investigación Prehistórica como referente del estudio del Patrimonio Arqueológico Valenciano, y su labor fue clave para la conservación, estudio y difusión de sus extraordinarias colecciones arqueológicas, referentes para la Arqueología prehistórica española y europea. Así, aunque a lo largo de su vida estudió y publicó sobre todos los períodos de la arqueología valenciana fue la cultura ibérica su verdadera vocación como investigador y muy especialmente su dedicación a los estudios sobre epigrafía y lengua ibérica publicando hallazgos tan importantes como los plomos de Orleyl de Vall d´Uxó, de Los Villares, de los del Pico de los Ajos, así como numerosísimas noticias de inscripciones, grafitos y lápidas de toda el área valenciana.

Esta pasión por los íberos la trasmitió desde su despacho del SIP, espacio que compartía con la biblioteca y con todos los lectores que acudíamos a ella. Allí nos formamos primero como investigadora, orientándonos en materiales y poblados motivo de nuestra tesina, y luego como profesional dedicándonos ya, definitivamente, a la arqueología ibérica

Recordar, que siendo recién licenciada en 1977, asistí en el cincuentenario del SIP a la inolvidable visita a la Bastida de les Alcusses así como a la comida que se hizo en la masía Casa Fondo del Pla de les Alcusses, al pie del poblado, acompañados de los más prestigiosos arqueólogos del momento y pude comprobar en aquella jornada el peso de la institución, el SIP, la labor realizada por el patrimonio arqueológico valenciano, el compañerismo y ambiente relajado y cordial, el trabajo de equipo de todos ellos, el llamado Espíritu del SIP caracterizado por el rigor científico, estricta austeridad y un rechazo total a cualquier tipo de protagonismo personal donde el alcance y el renombre de los trabajos siempre serían del SIP. Un espíritu que don Domingo, como llamábamos siempre a Fletcher, nos supo trasmitir a todos los que tuvimos la suerte de conversar o trabajar con él.

Y desde aquellos años, hasta su muerte en 1995, su magisterio siempre nos animó y apoyó en todos nuestros trabajos. Recuerdo cuando en 1978, con Consuelo Mata, hoy profesora de la Universitat de València, le solicitamos hacer unos sondeos en el poblado ibérico del Puntal dels Llops tras mostrarle unos materiales recogidos en superficie en este yacimiento ya entonces muy expoliado. Y así, con 5000 pesetas, iniciamos nuestra primera excavación en el SIP y de esta manera mi trayectoria arqueológica se centraría precisamente en una de las zonas más queridas por don Domingo, las comarcas de Casinos y de Llíria. Después del Puntal vendrían las excavaciones del Castellet, La Seña, y finalmente el Tossal de Sant Miquel de Llíria todos los yacimientos que había prospectado y excavado en su juventud. El prólogo de nuestra tesis doctoral sobre el Tossal de Sant Miquel, la antigua Edeta, fueron las últimas palabras que escribió en 1995, palabras llenas de recuerdos que dedicó a este gran poblado donde realizó su primeras exploraciones y excavaciones allá por los años 30 del siglo XX.

Su labor impulsó de tal modo la arqueología ibérica que convirtió esta zona, como siempre fue su deseo, en referencia necesaria para los estudios de la Cultura Ibérica. Por otro lado, su personalidad jugó un papel primordial en la formación de una escuela valenciana de profesores e investigadores en Prehistoria y Arqueología siendo motivo de gran alegría sentirnos, también, en la estela de nuestro maestro.