La compañía La Pavana cumple treinta años entre bambalinas y para celebrarlo ofrece desde ayer, en el teatro Talía la adaptación de la obra del francés Gerald Sibleyras Una hora y media de retraso, interpretada y dirigida por Rafael Calatayud, fundador de esta formación teatral, quien recordaba cuando en el año 1991, «La Pavana fue la primera compañía en actuar en lo que se comenzó a llamar Teatro Talía, con la obra "La dona de negre"».

Junto a Calatayud, la actriz Victoria Salvador, vinculada a esta compañía desde su origen, interpreta a Laura, su mujer, en una comedia que, al decir de ambos, «es una divertida pieza tocada a cuatro manos, mostrando un retrato totalmente reconocible de una pareja cualquiera».

Acompañando a la pareja protagonista el productor del montaje, José Alberto Fuentes, indicó que se ha montado una comedia francesa porque «es muy importante dar apoyo a los autores locales, pero pensamos que también hay que buscar en el teatro internacional para dar a conocer lo que se hace afuera».

Rafael Calatayud afirmó que «"Una hora y media de retraso" refleja la situación de un matrimonio que, en trance de jubilación, se replantea lo que han sido tantos años de vida en común, todo ello dentro de una gran comedia, muy divertida, que invita a la reflexión, pero con mucho ritmo, donde el espectador disfruta tanto por lo que sucede como por sentirse de alguna forma identificado».

Victoria Salvador reforzó esta razón, diciendo que «el ingrediente destacable es que es una comedia inteligente, al estilo de Woody Allen, pensada para que el publico disfrute. Todo parte de una cita que tiene el matrimonio, y ella se niega a ir porque está en crisis existencial. Y va surgiendo el conflicto».

Rafael Calatayud terminó diciendo que «es muy difícil asumir la producción en estos tiempos que corren. A pesar de llevar 30 años en esto, cada vez es como volver a recomenzar, porque nuestra Comunidad no exporta, sino que importa. Los gobiernos no han sido capaces de reconocer nuestro esfuerzo y nuestro compromiso cultural. Nunca hemos contado con apoyos, y una Comunidad que no reconoce su propia cultura es una Comunidad muerta».