Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista | Adolfo Sánchez

"La tartamudez es un problema del interlocutor: poca paciencia al escuchar"

"La fobia social (hacia las personas tartamudas) es una realidad, una forma de morir en vida", advierte

"La tartamudez es un problema del interlocutor: poca paciencia al escuchar"

¿La sociedad sabe lo suficiente sobre la tartamudez?

No, qué va. La sociedad aún está en pañales. De ahí que tengamos que hacer campañas para que la gente sepa que las personas con tartamudez no son las asociadas al chiste fácil. Por ejemplo, no se sabe que la tartamudez no lleva aparejada ninguna enfermedad, no es en sí una enfermedad, es una peculiaridad más de la persona. Yo siempre digo: «No te fijes en cómo lo digo, sino en lo que digo». La tartamudez es un problema del interlocutor, de tener muy poca paciencia para escuchar. La sociedad ignora el daño que todavía nos hace, sobre todo en los niños y adolescentes.

¿Se sigue discriminando a la persona con tartamudez?

Sí, los prejuicios siguen. Cuando optas a un empleo, puedes pasar todas las pruebas, pero cuando vas a la entrevista, siempre te acaban diciendo que ya te llamarán. Hoy influye a la hora de encontrar empleo.

¿Existe «cura» a día de hoy?

Sí, si te trata a tiempo, es curable. En cambio, ya de adulto tiene difícil solución. Siempre es posible mejorar, pero que desaparezca en edad adulta es casi imposible. En los niños, si se le detecta (sobre los 5 años) se puede curar. Pero hay que tener cuidado con algunos pediatras, porque no le dan importancia a los problemas de habla del niño, pensando que su tartamudez responde a una fase concreta del aprendizaje del lenguaje.

¿Usted qué recomienda?

Si el niño tiene un bloqueo, le parpadean nerviosamente los ojos, le tiembla la barbilla o se le hinchan las venas del cuello para salir del bloque, diga lo que diga el pediatra, puede ser tartamudo. Lo recomendable en esos casos es llevar al niño a un terapeuta del lenguaje y que los padres vayan a un psicólogo para que aprendan a interactuar con su hijo. Los padres deben aceptar que su hijo tiene una problema, que si se coge a tiempo puede desaparecer.

¿Han mejorado las técnicas que usan los especialistas?

Sí, y sobre todo en los niños. En los adultos están más estancadas.

¿Y dónde radica el problema?

Es una cuestión hereditaria, no es un problema físico ni psicológico. Yo tengo cuatro hijos y sólo uno tartamudea.

Y la mayoría son hombres...

Exacto, cuatro a uno. Eso que de que somos el sexo fuerte es mentira [ríe]. Todavía no se sabe el porqué de ese desequilibrio.

¿Existe cierta fobia social de las personas tartamudas?

Sí, es muy duro. Es una forma de morir en vida. Muchas personas, como la tartamudez no es una peculiaridad que se vea a simple vista, intentan pasar desapercibidas para evitar que se conozca su problema al hablar.

Compartir el artículo

stats