Hay rebombori en el barrio, que se intuye por las calles cortadas y las gotas de gente calle del Rosari abajo. Hay un «posa´t tu també, dona» que le sugiere Ribó a Maria Oliver, de domingos de comunión en el pueblo. Hay correfoc en la plaza y un portón iluminado, y hasta una pantalla en la calle, para quien se quede fuera. Todo listo para llamar a un barrio a autoafirmarse delante de un templo laico que es el Teatre El Musical, reabierto ayer.

El alcalde Joan Ribó deslizaba la importancia estratégica de esta reapertura, como una conquista simbólica: «Es un momento simbólico. Esta puerta ha estado mucho tiempo cerrada por una mala gestión y un mal planteamiento. Y estoy muy satisfecho que se vuelva a abrir con gestión directa, que es como nos gusta. La presencia de la gente indica que hay mucho interés del barrio. Es un símbolo de que las cosas en el Cabanyal poco a poco vuelven a la normalidad en un barrio que tiene que ser uno más de Valencia sin ser agredido».

Antes de tirar del gran portón, la concejala Maria Oliver, remarcaba la importancia del teatro para reactivar el barrio. «Hay muchos problemas graves que tardaremos más en afrontar, pero aquí teníamos la oportunidad de abrir un espacio que es mucho más que un teatro, es un centro cultural. El barrio tiene un tejido cultural muy potente y dentro de la ciudad ha demostrado que cree en la cultura. De hecho se ha salvado gracias a la cultura. Tenerlo cerrado no era opción», subrayaba la concejala. Poco después y a ocho manos, las de los propios Ribó y Oliver, más las de los concejales Jordi Peris y Sandra Gómez, abrieron el portón de El Musical al barrio, agolpado ante la puerta; agitando invitaciones unos, preguntando «pero qué pasa ahí adentro» otros.

El secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, adelantaba a la marea frente a la puerta y unos metros más allá el director de CulturArts, José Luis Moreno, izaba el móvil buscando una imagen heterodoxa de grupo. Los átomos que quedaban en la plaza se escurrían por las calles del barrio. Quedaba la gala dentro en la voz primero del grupo Gener, que introducía su canción Al voltant d´un riu sec con Al meu país la pluja de Raimon. Así que no faltaba nadie. Ante la pantalla exterior un grupúsculo seguía el evento. «¿Mañana viene Wyoming, no?», se escuchaba a una joven. Hoy el teatro volverá a estar abierto para el barrio del Cabanyal.