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Lass aristas de Bertolt Brecht

El dia que Bertolt Brecht

va morir a Finlàndia

la nau de la universitat (valencia)

De Josep Lluís i Rodolf Sirera. Int. Daniel Tormo, Anna Marí, Josep Valero y Núria Martín. Esc. Luis Crespo. Ilum. Víctor Antón. Dir. Pep Sanchis, María José Soler. Prod. ASSAIG-Grup de Teatre de la Universitat de València y Crit Teatre.

Tres golpes de emoción se hilaron en el estreno de esta obra. El primero, el más fuerte, y con diferencia, el hecho de que tan solo había pasado una semana del fallecimiento de uno de sus dos autores, Josep Lluís Sirera. Es evidente que la representación estaba dedicada a él. El segundo, tiene que ver con la celebración de los 25 años del Grup Assaig de la Universitat de València, de cuya matriz surge Crit, una compañía a tener ya muy en cuenta. Y el tercero, porque vimos encarnarse la figura de Bertolt Brecht.

Precisamente esa es la base por altura de este texto de los hermanos Sirera: consiguen una fantasmal aparición del autor alemán. El eje es lo que se denomina teatro documento, por el que vemos distintas manifestaciones del personaje, leyendo cartas, plasmando ideas, pero también viviendo en directo algunas escenas de su vida, en concreto su experiencia con una mujer, en Finlandia, huyendo de los nazis. Teatro documento, pero bien condimentado de vida teatral, de personajes abstractos que, a veces, adquieren nombre y apellidos, como el del compositor Kurt Well. Hay también algún número musical que alegra y al mismo tiempo le da un aire más conmovedor.

Pero lo importante es que vemos a un Brecht humano, como su Galileo, con su crítica a la vida pequeña burguesa y su apego a los derechos de autor, con su extraña relación con las mujeres que colaboraron con él (Ruth Berlau€), con sus sabrosas reflexiones, con su comunismo poco ortodoxo, y con la rememoración de algunas de sus obras. Y un tema que la obra reabre: bondad y capitalismo. Un tema que reabre un buen montaje. La dirección de Pep Sanchis y Mª José Soler da vida al texto con un notable movimiento escénico: en todo momento respira esta historia de historias. A este sugerente y bien estudiado entramado se ajusta un elenco afinado, como es el caso de Daniel Torno: construye un Brecht cotidiano y para nada idealizado. Un «alma buena» con sus contradicciones; divinas, terrenales.

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