Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿´B´ es la película sobre Bárcenas que podría ver Bárcenas?».
Espero que la haya visto a estas alturas. El protagonista Pedro Casablanc la vio con un hijo de Bárcenas, alguien que no es ajeno, y le soltó: «Joder, lo has clavado».
¿Bárcenas es el héroe de «B», el denunciante de la corrupción del PP?
No es un héroe, pero el 15 de julio de 2013 se separa definitivamente del PP y asume su propia defensa. Puede generar cierta empatía, pero el público es suficientemente adulto para distinguir.
El villano de «B» no sale en la película.
Pero es muy nombrado. Tampoco el monstruo aparece en las películas de terror, pero tenemos miedo todo el tiempo. Partíamos de una obra teatral previa, con cinco horas de interrogatorio sintetizadas en ochenta minutos. Descartamos la idea de escenarios adicionales, porque ya tenía suficiente contundencia y porque contábamos con un presupuesto de guerrilla. Doscientos mil euros, la media de una película española supera el millón.
¿Hubiera preferido taquillazo a película de culto?
Qué difícil. Hubiera preferido que fuera sostenible, lo cual es impensable sin ayudas públicas ni apoyo de las televisiones. Nunca pensamos en el dinero, sino en que era necesario rodarla.
¿Ha padecido censura?
Es una palabra que nunca digo. Hay formas de silenciarte más sutiles que prohibir la película o cortarla, porque no hay pantallas fuera del circuito.
Arriesgaron desde el mismo título.
Fue bastante suicida, un título difícil de buscar en internet y que no se asocia con el protagonista.
Puede eliminar los interrogantes del subtítulo: «La verdad no cambia nada».
Lo dijo otro B, Silvio Berlusconi, cuando por fin salió condenado por corrupción: «Verità non cambia niente». Es una sensación dañina que se transmite de modo intencionado. Han cambiado miles de cosas, aunque querríamos que fuera más rápida y explícitamente.
¿Ganó usted las elecciones generales?
Tengo la sensación de haber formado parte de un debate muy interesante. Hicimos la película para combatir un relato, y los populares salvaron los muebles. Pero la película la han visto cuarenta mil personas, no cuatro millones.
Ha demostrado usted que Bárcenas es más inteligente que Rajoy.
Me temo que no hay ninguna duda de eso. En el interrogatorio, Bárcenas demuestra ser inteligentísimo, recordaba perfectamente todo lo sucedido. Por eso ha tenido cuatro años secuestrado al Gobierno del PP. Nunca ha dejado de negociar.
