Vicente Blasco Ibáñez correrá mejor suerte que su admirado Cervantes este año. Siempre que lo ya encarrilado no se tuerza y los proyectos acaben acumulando polvo en algún cajón. En 2017 se cumplirá siglo y medio del nacimiento del escritor (Valencia, 1867 - Menton, Francia, 1928) y la fundación privada que lleva su nombre y que fue impulsada por su nieta ya tiene encaminadas numerosas actividades. Al mismo tiempo, se ha trabajado ya un amplio respaldo institucional.

Tras las reuniones de las últimas semanas „incluida una hace unos días con el alcalde de Valencia, Joan Ribó„, tanto el ayuntamiento como la secretaría autonómica de Cultura y la diputación provincial han manifestado su apoyo a la iniciativa, que se resume en convertir 2017 en Año Blasco Ibáñez, explican representantes de la entidad.

El programa se terminará de concretar en febrero, pero ya hay actividades bien cimentadas. Una de las principales será el encuentro en Valencia de la asociación que reúne a las casas-museo y fundaciones de escritores de toda España. El deseo es traer además a representantes de Hispanoamérica y a «algún escritor de campanillas» con quien ya se está en contacto.

Un encuentro de profesores de literatura de institutos de toda España está también en la agenda para 2017. El fin es difundir el estudio de Blasco Ibáñez entre los jóvenes y revertir el olvido que el franquismo y la inercia posterior han ejercido sobre el anticlerical y republicano novelista, editor y político valenciano.

La Biblioteca Valenciana se ha comprometido además, aseguran los responsables de la Fundación Centro de Estudios Blasco Ibáñez, a que sus actividades en 2017 versen alrededor del autor de Los cuatro jinetes del apocalipsis.

En la parte artística, Nassio Bayarri trabaja ya en un logotipo para el año Blasco y prepara una exposición de homenaje al escritor de creadores plásticos valencianos. Y en abril próximo debe llegar la resolución de Correos sobre la edición de un sello conmemorativo.

En 2017 vence el convenio de cinco años de la fundación con el ayuntamiento para el legado depositado en la casa-museo de la Malvarrosa. La intención actual de la entidad es abrirlo a la Generalitat y la diputación para potenciar su dimensión.