La que fuera gran estrella de la revista y la comedia musical durante cinco décadas, Celia Gámez, vuelve a los escenarios, pero ésta vez en la persona de Ivanna Rossi, una actriz y cantante argentina, como la propia Celia, que dirigida por Emilio Sagi, representará en el Talia el musical La Celia a partir del 2 de marzo. Ayer la protagonista presentó un montaje con gran éxito en Madrid.

Sin embargo, Ivanna Rossi no sabía nada sobre Celia Gámez. La desconocía por completo hasta que un productor le ofreció la oportunidad de encarnarla. «Nos documentamos consultando diversas fuentes e hice todo lo posible para meterme en la piel de Celia Gámez, sin intentar imitarla en ningún momento, sino simplemente contando su vida: cómo llegó accidentalmente a España para cobrar una herencia en Málaga, y cantando y bailando las canciones que ella popularizó», confesó.

Según Rossi, Celia Gámez era más famosa y conocida en España que en su propio país. «En Argentina, hubo que explicar quién fue esta gran artista mientras que en España se le recordaba con cierta nostalgia, siendo muchas las personas mayores que me agradecen tras la función haberle llevado a aquellos tiempos a través de la música. Hacer de Celia Gámez en Madrid era para mi un reto y una satisfacción», dijo.

Pero también van los jóvenes a verla. «Vienen para conocer el musical porque les gusta el género. Aunque, desde luego, es más para personas mayores que vivieron aquella época. Y para mi es un orgullo devolver a todos ellos la revista más tradicional» insistió Rossi. La actriz está versada en hacer tributos a estrellas de la canción: «He cantado a Mina, Raffaela Carra y Rita Pavone, porque me encanta doblar a las grandes figuras. Pero con Celia es muy especial, porque no cantaba ni bailaba muy bien, pero tenía algo que encantaba al público. Yo permanezco todo el espectáculo en escena, y me cambio allí varias veces de vestuario. Y tengo unas vicetiples que me ayudan, rememorando a Conchita Velasco y Esperanza Roy, que fueron chicas de Celia Gámez», explicó.

Las canciones y los monólogos biográficos se alternan en un espectáculo de cerca de hora y media. «Pero si veo que el público está a gusto y receptivo, siempre me alargo un poco más. Lo importante es que disfruten con la escenografía y la música en directo: con piano, violín y contrabajo, dando vida a las mejores canciones de la revista tradicional», manifestó.