A Jesús Martínez Guerricabeitia los invitados en casa le reprochaban que colgara su ideología en el comedor. «¡Pero cómo tienes esto aquí!», recordaba ayer su hijo, José Pedro Martínez, que le espetaban. «Porque no tengo más sitio», les respondería el mecenas. Y era verdad; un día su mujer Carmen Merchante le hizo elegir: si entraba otro cuadro en casa sería ella la que saldría. El «coleccionista compulsivo», como lo definía su hijo, encontró una solución a la medida: solo recibiría cuadros nuevos en casa los jueves por la mañana, único momento en que Carmen no andaba por casa.

Estos brochazos sueltos sirven para establecer las dos coordenadas de Martínez Guerricabeitia: hizo del coleccionismo y el mecenazgo su vida; y rechazó el arte sin compromiso „«yo compro política» es una frase suya„. Ambos rasgos perviven a su muerte hace solo medio año y guían las dos exposiciones que abrieron ayer en su nombre. La primera mide la dimensión de un mecenas «sin cuya biografía el arte español y el patrimonio valenciano habrían perdido una gran oportunidad», decía el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón. La segunda es la 13ª bienal con sus apellidos que se despliega en La Nau.

En Coleccionismo y mecenazgo: Jesús Martínez Guerricabeitia, presente en el centro de la plaza Tetuán hasta junio, se exponen más de cien piezas del medio millar que posee la colección, siguiendo un eje cronológico entre los setenta y 2014. Según el comisario Paco Sebastián, la muestra se acoge a «un discurso que por primera vez entiende la colección como un todo, integrando las obras de las bienales y las donaciones particulares de artistas».

Se refiere a Sebastián a las tres vertientes que han nutrido la colección del mecenas: las piezas que fue acumulando Guerricabeitia desde los setenta hasta que donó su colección a la UV con la consiguiente creación del patronato custodio de los fondos; las obras adquiridas en las doce bienales desde 1989; y las aportaciones particulares de artistas.

«La muestra no necesita exposición porque sigue un hilo histórico», exponía Sebastián. Con la brújula ideológica de Guerricabeitia: demócrata y de izquierdas (estuvo exiliado), se siguen las cargas franquistas y las penas de muerte en obras del Equipo Crónica, Genovés o el Equipo Realidad, también Spadari, Armengol o Adami entre tantos otros; acompañadas por las que han sido compradas en las bienales. Obra gráfica y un espacio dedicado a la biografía de Guerricabeitia completan una muestra «que debería ser permanente en alguna sala», deslizaba el vicerrector de Cultura de la UV, Antonio Ariño, presente en la inauguración junto a la concejala de Cultura del ayuntamiento de Valencia, Glòria Tello.

El recorrido de la exposición finaliza con una obra de Mavi Escamilla, adquirida en la última bienal, que abre la puerta al futuro, puesto que la muestra reserva un espacio a las piezas que el patronato compre en Supersticions i manipulacions, la edición número trece de la Biennal Martínez Guerricabeitia, inaugurada por la tarde en La Nau, con veinte obras escogidas por cinco galerías „entre ellas una valenciana: Set Espai d'art„ y cinco críticos.

«La condición no escrita es que sean artistas jóvenes», recordaba José Pedro Martínez sobre una muestra que en definitiva sirve para mantener viva la herencia del coleccionista Guerricabeitia.