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Toros

La rivalidad entre los nuevos y las figuras marca la temporada

Roca Rey, López Simón y Garrido lideran la rebelión de los jóvenes, mientras El Juli pisa el acelerador y marca distancias con el resto

La rivalidad entre los nuevos y las figuras marca la temporada

Las dos ferias más importantes del inicio de temporada —Valencia y Sevilla— han marcado las pautas del año taurino. Una de ellas, la irrupción de una nueva generación de toreros, fue tendencia en el último tramo del pasado y comienza a ser un reclamo más para los aficionados en el presente. El irresistible atractivo de las novedades debería discurrir paralelo a la preocupación constante por su progresión artística.

De lo contrario, corren el riesgo de sentir demasiado pronto el peso de la púrpura. La exigencia con estos toreros es máxima y un pequeño resbalón en tarde de compromiso les puede pasar factura en su prometedor futuro. Es el alto precio que hay que pagar por sentarse en la mesa de las figuras. Les ha pasado a López Simón y a Roca Rey en Fallas y en la Feria de Abril, respectivamente. El madrileño no acabó de convencer a los parroquianos más avezados en su mano a mano con El Juli, mientras que el peruano tiró de valor y raza en su segunda comparecencia sevillana para no perder comba. La presión del triunfo a toda costa puede empezar a hacer mella en el ánimo de los recién llegados, con la Feria de San Isidro en el horizonte inmediato. Tres paseíllos para ambos en el ciclo taurino más importante de la temporada con la responsabilidad de salir victoriosos de tan trascendental trance.

Garrido es el «tapado»

Otro de los espadas noveles que está sorprendiendo por su progresión es José Garrido. El pacense ha dejado su sello de torero capaz ante un manso de Fuente Ymbro en Valencia y un toro áspero y bronco de Núñez del Cuvillo en Sevilla. Paso a paso, va construyendo la que se adivina puede ser una carrera de altos vuelos artísticos basada en el poder y la emoción de una tauromaquia plena de verdad. De momento, está aprovechando las oportunidades que se le presentan para reivindicarse.

En el apartado de las verificaciones, Paco Ureña se lleva la palma. El diestro lorquino ha brillado con luz propia por mor de una portentosa técnica al servicio de la pureza más exquisita. Su faena al tercer Victorino la tarde del indulto de Cobradiezmos estuvo presidida por un toreo de mano baja, perfecto en colocación y encaje desde el inicio hasta el final de la faena, con tandas ligadas sin perderle pasos al toro. Una obra de nota alta que fue premiada con las dos orejas tras agarrar una buena estocada.

Inicio dispar de las figuras

El Juli continúa siendo por derecho propio el verdadero mandón del escalafón de matadores. Sus actuaciones en Valencia, Arles y Sevilla han confirmado que sigue siendo el torero a batir. Los registros alcanzados en las tres ferias han sido de los más altos conseguidos por el madrileño en el inicio de una temporada.

Enrique Ponce impartió su magisterio en la cátedra sevillana con una faena primorosa a un toro flojo y justo de raza de Juan Pedro Domecq. Talavante fue superado en Las Fallas por un inspirado Roca Rey en mano a mano, pero recuperó crédito tras firmar una tarde esperanzadora el Domingo de Resurrección en la Real Maestranza. Miguel Ángel Perera mantiene su cartel tras una actuación valiente y sobrada de técnica ante los toros de Victoriano del Río, mientras que Manzanares triunfó in extremis ante un buen lote de Cuvillos que merecieron mejor trato por parte del diestro alicantino.

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