La pintura de Jordi Teixidor (Valencia, 1941) tiene mucho de poesía. Así lo asegura a Levante-EMV el poeta, ensayista y traductor Jenaro Talens (Tarifa, Cádiz, 1946).
El autor y el artista mantuvieron ayer un encuentro en la Galería Paz y Comedias de Valencia, donde ambos analizaron la obra del valenciano, que expone su muestra titulada Década 200-2015 en el espacio artístico de la plaza del Patriarca. Se trata de «una revisión que nos pone al día con su trabajo tras diez años sin realizar ninguna muestra individual en Valencia», indican desde la galería.
Talens quiso reflexionar ayer sobre la «poética pictórica» de Teixidor, «del lugar que ocupa su obra, muy nuevo y excepcional», que el poeta vincula a su «cultura literaria». Talens sostenía, además, que en Teixidor el tema de sus obras es la pintura en sí, «el objeto sobre el que pinta». «Lo que pone sobre la tela es la forma en la que vemos el mundo», explica el también ensayista, que caracteriza su obra de una «pureza deslumbrante».
Para Talens, el artista valenciano no es solo alguien «capaz de plasmar en un cuadro poéticamente el mundo, sino de pensarlo poéticamente con el color». Aunque asegura Talens que la obra de Teixidor «llega muy fácil y es apta para todos los públicos», el autor recalca que «todo requiere un trabajo y cierta reflexión».
Por su parte, el propio artista señala a este periódico que la de ayer, además de un encuentro poeta-artista, fue «entre amigos», pues ambos se conocen de largo. Coincidió con el poeta y amigo en que la poesía «siempre ha estado muy presente entre mis inquietudes». «La contrucción de mi pintura se puede parecer a la elaboración de un poema», reflexiona Teixidor. El artista explica que su obra actual busca «lo esencial». «Es una década de cierta madurez», dice. «Ya no tengo la inquietud de labúsqueda». Para él es el momento de «lo más depurado». «Vuelvo a decir lo que ya dije, pero de una manera más esencial», sentencia.
Desde la galería señalan que el artista ha ido despojando a su pintura de la emoción, del gesto, del movimiento, para adentrarse en la reflexión profunda que hunde sus raíces en la filosofía. «Según indica el propio artista, su obra no es de premios, no es espectacular, no tiene la visibilidad de otros pintores; es concentrada y contiene más carga de pensamiento y reflexión que de sensibilidad y emotividad; en la obra de arte, no sólo en la pintura, también en la literatura o en el cine, la emoción no es una condición fundamental», dicen.
