Fumiko Negishi expone por primera vez en Valencia. Lo hará en la Galería Cuatro, en la céntrica calle La Nau. A priori, su nombre resulta desconocido al gran público, sin embargo su polémica relación laboral con el artista valenciano Antonio de Felipe la sacó a la luz. Literalmente.
Negishi denunció el pasado mes de octubre a De Felipe para que admitiera que es la autora principal de más de 200 obras firmadas por él.
Ahora debuta en Valencia con una veintena de obras, abstractas y coloridas que se alejan del trabajo que „según su versión„ estuvo haciendo para De Felipe durante 10 años en un anexo al estudio del artista en Madrid.
Asegura que tras haber dado el paso de interponer la denuncia se siente «liberada». «Me he quitado un peso de encima; mi vida tiene un antes y un después», explica.
Lo que pide, dice, «es que se haga justicia, que se reconozca mi trabajo y el tiempo que le he dedicado».
Recuerda que estuvo desde 2006 trabajando para De Felipe y que, en su opinión, tras su incorporación al estudio del valenciano las obras cambiaron. «Antes eran más sencillas y yo fui incorporando más fotos, por ejemplo».
Recuerda que trabajaba en un espacio en el estudio de De Felipe pero que «no tenía contacto con sus clientes» y que «tampoco debía decir en voz alta que trabajaba para él, pero mi familia y conocidos sí lo sabían». «Había días que lo veía y otros que no porque siempre estaba muy ocupado».
Señala además que no era la única «colaboradora» del artista, que había otros pintores como ella, pero que ella era la única que estaba «de manera más continua». «Aunque no es muy habitual que un artista tenga pintores trabajando así para él», señala Negishi, quien recuerda que trabajaba unas cinco horas diarias para el valenciano.
De la obra de De Felipe dice que «hoy en día no sé si compraría un cuadro suyo», lo que tiene claro es que ahora hace el arte que quiere y no el que le llega por un boceto de terceros.
Las obras que expone en Galería Cuatro hasta el próximo 6 de marzo beben de referentes como Miró. «Es mi ídolo, pero quiero mi estilo». «También me gusta la japonesa Yayoi Kusama», sostiene la artista nipona.
El color y las formas como símbolo de su arte impregnan cada uno de los cuadros que desde hoy se exponen en el espacio de arte. «Mi arte es como abstracción, hago paisajes surrealistas, quiero plasmar algo que toque emociones». «Lo que quiero y lo que busco es traspasar y llegar al espectador, lo importante del arte es que conmueva emociones».
El arte es además para ella su modo de expresión. En esta selección de obras el naranja invade los lienzos, un tono que para ella es «creatividad, cambio y valentía».
