Reparto: Sonia Almarcha, Marcial Álvarez, Rafael Calatayud, Adolfo Fernández, César Sarachu, Ángel Solo y Yoima Valdés
Dirección: Adolfo Fernández.
El estallido de la crisis, la explosión de la burbuja inmobiliaria, la ruina del ladrillo son expresiones que toman cuerpo en la obra de Rafael Chirbes, En la orilla. Ángel Solo y Adolfo Fernández han adaptado la novela, recreando el universo del autor valenciano y confiriéndole todo el dramatismo posible. Esteban es dueño de una carpintería ubicada en el pueblo de Olba, de donde nunca ha querido marcharse. Harto de ver pasar las oportunidades sin que le lleguen a él, decide confiar en un amigo e invierte en un negocio redondo, arriesgando su dinero y el de su familia. Lo siguiente: la ruina, el cierre de la carpintería, el despido de sus empleados de toda la vida, el embargo de la casa€ Y el rencor. El resentimiento contra todo y contra todos. Contra la historia, por haber hecho que su padre entrara en prisión por «rojo»; contra ese padre decrépito del que tiene que cuidar de forma permanente; contra sus amigos porque lo tuvieron más fácil que él; contra el amor de juventud que lo abandonó€
Adolfo Fernández (a cargo de la dirección) ha impregnado el montaje con una capa de decadencia y otra de resentimiento. Los personajes desfilan por el escenario mostrando sus miserias, incluidos los que aparentan ser unos triunfadores, como Justino o Francisco. En ellos el espectador puede observar el esperpento de unos «hombres de éxito». El reparto formado por Sonia Almarcha, Marcial Álvarez, Rafael Calatayud, Adolfo Fernández, César Sarachu, Ángel Solo y Yoima Valdés está estupendo en sus diferentes papeles.
Emilio Valenzuela ha diseñado una escenografía práctica y original que ha combinado con una serie de proyecciones para recrear determinados ambientes. También la iluminación, de Pedro Yagüe, contribuye a crear una atmósfera ajustada al contexto de la escena.
Un espectáculo que refleja la decadencia de la crisis económica, pero que también aborda una serie de temas complejos como la inmigración, el deterioro de la vejez, la prostitución o la memoria histórica.
