El 7 del siete del año 17. El próximo viernes triple siete se presentará en sociedad la remodelada fábrica de Bombas Gens como centro de arte, un ejemplo de mecenazgo que recupera el patrimonio industrial de la mítica factoría de Marxalenes. Un proyecto de la Fundació per Amor a l'Art que preside el empresario José Luis Soler (Atzeneta d´Albaida, 1956) y gestiona Susana Lloret, la vicepresidenta.
«Desde la Fundació per Amor a l'Art creemos que compartir es una suerte, y una responsabilidad también». Esas palabras de Soler guían la filantropía de un empresario poco dado al foco mediático, pero que ha convertido, con su socio Jorge Úbeda, la industria familiar de productos de limpieza de su pueblo, Ubesol, en uno gigante de la distribución en España con las productos Deliplus y Bosque Verde.
Soler siempre fue un gran aficionado del arte, en una comarca donde los pintores Segrelles, Messa y Monjalés ya han pasado a la historia de la pintura. Propietario de una colección adquirida con los años y con la complicidad de amigos, que al mismo tiempo son los mejores expertos en arte contemporáneo del mundo, como Vicent Todolí, director del área de arte de la entidad.
«La Fundació Per Amor a l´Art es un proyecto familiar repleto de ilusión y sentido de la responsabilidad, surgido de la necesidad de compartir con la sociedad, a través del arte, la investigación y la obra social, parte de lo que ella nos ha dado. Un propósito que pasa a la acción en el emblemático edificio Bombas Gens», sostiene Lloret. Ese es el auténtico eje programático de la fundación que se creó el 20 de mayo de 2014, aunque «la necesidad de compartir» de la familia Soler se remonta en el tiempo.
Su primera acción social fue el apoyo al Centro de Acogida San Francisco de Asís en Palma de Gandia. Hay que conocer la atención a una cincuentena de enfermos terminales, crónicos y personas sin techo que prestan los monjes franciscanos en La Safor para entender la Fundació Per Amor a l´Art. Por eso, Bombas Gens también va a ser un epicentro en la investigación de enfermedades raras y, en especial la enfermedad de Wilson. Además de un punto de atención de niños en situación de vulnerabilidad.
El «viaje» del arte
La idea de crear un museo también es la misma. «Generar una colección de arte y no compartirla no tiene demasiado sentido. Y un centro de arte permite compartirla con el público, y también con otros centros de arte, que a su vez compartirán también con nosotros, de forma que el arte ´viaje´ en los dos sentidos: desde València y hacia València», explica Susana Lloret.
La colección Per Amor a l´Art consta de más de 1.300 obras de más de 130 autores. Destaca el conjunto de fotógrafos japoneses como Shomei Tomatsu, Daido Moriyama, Eikoh Hosoe, Akira Sato o Nobuyoshi Araki, claves en la evolución del siglo XX. Y de autores clásicos como Garry Winogrand, Walker Evans o Albert Renger-Patzsch.
En pintura sobresale la obra de Esteban Vicente, mientras que la producción contemporánea está representada por obras de David Reed, João Maria Gusmão y Pedro Paiva, Bleda y Rosa, Xavier Ribas, Luigi Ghirri, Heimo Zobernig, Silvia Bächli, Juan Uslé o Cristina Iglesias.
Además la fundación colabora en la creación artística, como un proyecto de Manolo Laguillo y se están desarrollando el de Bleda y Rosa, Premio Nacional de Fotografía 2008 y Hamish Fulton, en colaboración con la Colección Inelcom, con base en Madrid.
