El museo de arte moderno de València tendrá un nuevo cofre para sus «tesoros». El IVAM ha anunciado la licitación por 125.755 euros de las obras para la construcción de un almacén de 400 m2 que dé oxígeno a su colección, compuesta por más de 11.000 obras. Hace unos cuantos años que las obras se encuentran como «sardinas en lata» dentro de la cámara acorazada de 2.000 m2 que el museo cuenta desde su inauguración en 1989. De hecho, algunos trabajadores del museo apuntan a que el almacén ha llegado al límite de su capacidad.

El nuevo almacén acorazado contará con las mismas características que el actual depósito, aunque tendrá un sistema climatizador y un control de la humedad «mucho más sofisticados», asegura Josep Salvador, responsable de la colección del IVAM.

Los interesados en la adjudicación podrán enviar la documentación hasta el 30 de agosto. Las obras se llevarán a cabo en un plazo de dos meses, ya que el museo prevé estrenar el nuevo depósito -como muy tarde- el 15 de diciembre. La cámara acorazada será construida en un espacio donde hasta ahora se colocaban embalajes y otros materiales.

Según Salvador, el museo se inauguró en 1989 con cerca de 5.000 obras en su almacén, y al contrario de lo que ha ocurrido con los espacios de almacenamiento del edificio, su colección ha ido creciendo exponencialmente con los años gracias a donaciones y adquisiciones. «Contamos con obras de Julio González, Tàpies, Josep Renau, Equipo Crónica..., necesitamos más espacio para que éstas estén a la vista del conservador y puedan ser fácilmente localizables», apunta Salvador, quien argumenta que una de las principales dificultades que ha tenido el equipo museístico durante los últimos años ha sido la «falta de accesibilidad» de las obras en el depósito.

«Las piezas están adecuadamente catalogadas y ordenadas, sin embargo, el poco espacio con el que contamos nos obliga a apilar algunas y a superponer otras. Incluso, más de una vez, tenemos que apartar algunas obras para poder acceder a la que estamos buscando, y eso no es lo ideal, ya que cuanto menos manipulas una obra, mejor», explica el responsable de la colección. Salvador apunta a que esta era una de las iniciativas «pendientes». «El museo está muy activo y es consciente de sus necesidades», añade.

El IVAM cuenta desde hace cuatro años con 500 m2 en una de las naves de la Generalitat a en Riba-Roja. Pese a su corta estancia en el emplazamiento industrial, éste ya se encuentra al 90 % de su capacidad. Allí, el museo guarda obras de grandes dimensiones y piezas de materiales resistentes que no necesitan tanto de los cuidados de los conservadores. Algunas de ellas son de Richard Serra, Anthony Caro o Miquel Navarro.

El director del IVAM, José Miguel G. Cortés, ya expresó tras su nombramiento que uno de los objetivos de su etapa al frente del museo sería «poner en valor» la colección y darla a conocer. Entre otras cosas, decidió exhibir permanentemente la colección a través de exposiciones periódicas como «Construyendo nuevos mundos 1914-1945» en 2015, o «Perdidos en la ciudad» en 2016. Las últimas muestras de la colección han sido «Ignacio Pinazo y las vanguardias. Afinidades electivas» - con motivo del Año Pinazo- (disponible hasta el próximo mes de septiembre) y «Las constelaciones de Julio González. Entre la representación y la abstracción» (disponible hasta el próximo mes de enero).