P ¿Cómo nace su segunda novela, «La vida soñada de Emma»?
R Empecé a escribir nada más terminar la primera, Jodidamente especial. Nunca había escrito nada y surgió de una necesidad de escribir. Tenía la cabeza llena de ideas, estaba emocionada y me sentía supervaliente por hacer de todo. Y me lancé con esta. Salió a borbotones. Fue un periodo muy intenso de escritura y disfruté muchísimo. En un mes y medio tenía la estructura hecha, pero surgieron otras cosas y se quedó todo parado. Cuando publiqué Jodidamente especial vi que las opiniones en Amazon eran muy buenas y decidí acabar esta. Estuve un año repasándola porque me habían pasado muchas cosas. Había pasado de ser una mujer a una mamá. Y todas esas cosas quería reflejarlas
P ¿Cómo es Emma?
R Emma no sabe cómo es, se ha perdido, se imaginó lo que quería ser e intentó lograrlo y ahora, a los 35 años, con dos niños un trabajo que no le gusta y un matrimonio torcido, se da cuenta que no sabe quién es. No tiene aficiones, ni amigos, está perdida inmersa en la rutina.
P ¿Cuántas mujeres hay en ella?
R ¡Tantas! Hay muchas que he ido conociendo en estos años. Me apetecía contar una historia de amistad desde la infancia entre un hombre y mujer, pero vi que quería hablar de Emma. Decido empezar desde su punto de inflexión, desde que su amigo de toda la vida desaparece. Cuando lo escribí estaba en un momento de mi vida en la que mi hijo tiene dos años y la vida se te trastoca por completo. La diferencia entre lo que das tú y tu pareja es total por mucho que hablemos de colaboración. Antes pensaba que el feminismo no era tan importante, pero cuando eres madre ves que está todo muy desequilibrado. Me gustaría que la novela fuera un revulsivo en este sentido.
P ¿Qué tiene en común todas esas mujeres que hay en la protagonista?
R Que se dedican más a los demás que a sí mismas, y eso ocurre con las mujeres en general. Mi percepción ha cambiado desde que soy madre, pero muchas mujeres, sean madres o no, no valoran su tiempo libre de cara a mantener una casa limpia o a planchar las camisas de sus maridos.
P Qué le produce más satisfacción, ¿leer o escribir?
R Como lectora siempre llevo un libro en el bolsillo. Como escritora, el proceso de creación es fantástico, es como si estuviera leyendo una novela todo el día. Soy feliz.
